Pedro Sánchez ha anunciado este miércoles que cancelará su agenda pública durante unos días para reflexionar sobre su dimisión La posibilidad de la dimisión del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, abre un escenario político inestable y con muchas incógnitas, pero la mayoría de la Constitución y las leyes electorales dan respuesta, como la elección del líder nuevo jefe del Gobierno español. . ‘Dirigido por el Congreso.
El gobierno deja de funcionar tras la celebración de elecciones generales, en caso de pérdida de confianza en el parlamento según lo previsto por la Constitución, o por dimisión o muerte del presidente, de conformidad con la ley básica española. En este caso, la dimisión del jefe del Ejecutivo significa que todo el gabinete permanecerá en el cargo hasta que se nombre un nuevo primer ministro. Esto significa que el Ejecutivo tendrá poderes limitados, sin capacidad para legislar, como ocurre después de las elecciones generales y antes de la elección de un nuevo gobierno.
El Congreso de los Diputados será responsable de elegir un nuevo presidente mediante un procedimiento similar al de nombramiento que se lleva a cabo después de las elecciones legislativas. El rey convocará una serie de consultas con los portavoces de los partidos representados en la Cámara de Representantes y, tras escuchar sus opiniones, nombrará un candidato a la presidencia del gobierno. Según esta hipótesis, el candidato designado por el rey para suceder a Pedro Sánchez se sometería a un debate para el cargo, seguido de una votación.
Para ganarse la confianza de la Asamblea Nacional y ser elegido presidente del gobierno, necesitaba recibir en la primera votación el apoyo de una mayoría absoluta en la Cámara, más que en la segunda. Si no tiene éxito y después de dos meses ningún candidato ha recibido la confianza de la Cámara de los Comunes, el Parlamento (Parlamento y Senado) se disolverá automáticamente y se convocarán nuevas elecciones generales. De todos modos, Sánchez no podrá convocar elecciones generales el próximo lunes, si decide no dimitir, sino que tendrá que esperar al menos hasta el 31 de mayo para convocar elecciones generales.
La ley prohíbe al presidente disolver el Parlamento dentro del año siguiente a la disolución anterior. Otra posibilidad es que Pedro Sánchez no renuncie sino que decida cuestionar su credibilidad para obtener apoyo del Congreso para sus políticas. La creencia se dará por sentada cuando la mayoría de los delegados voten a favor.
Si no recibe este apoyo, se considerará que ha dimitido y se elegirá un nuevo presidente del Gobierno.