Madrid. – Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto el mecanismo por el cual un fármaco comúnmente utilizado para combatir el cáncer (antraciclinas) daña el corazón de los pacientes que lo toman y han propuesto una potencial terapia para tratar esta enfermedad. Quizás quieras leer esto: Clínica Universidad de Navarra presenta estrategias de vanguardia para combatir el cáncer en República Dominicana.
Aunque esta complicación se conoce desde hace muchos años, no se han desarrollado tratamientos que puedan usarse concomitantemente para proteger el corazón, en parte debido a un conocimiento incompleto del mecanismo subyacente que causa el daño. Hoy, un equipo de investigación del Laboratorio de Terapéutica e Imagen Cardiovascular Traslacional del CNIC, liderado por Borja Ibáñez, ha determinado en detalle la progresión de la cardiotoxicidad inducida por antraciclinas durante el metabolismo del corazón, determinando los mecanismos que provocan el daño. Es importante destacar que alteran las mitocondrias (la fuente de producción de energía en las células), dificultando que la energía llegue al corazón, un órgano que se contrae continuamente durante toda la vida y necesita un suministro constante de energía para realizar esta increíble actividad.
Lo que hemos visto es que uno de los primeros fenómenos que se produce durante esta cardiotoxicidad, justo antes de que el corazón tenga algún cambio en su función o estructura, es la atrofia de las células del corazón; En otras palabras, se produce una reducción del volumen de las células del corazón, explica. Hacia un tratamiento Caracterizar los cambios moleculares que provocan este deterioro metabólico cardíaco permitirá desarrollar intervenciones muy tempranas, y los investigadores del CNIC descubrieron que una de ellas podría ser una ingesta nutricional específica, como una dieta rica en proteínas. ‘Creemos que una dieta rica en proteínas, respaldada por suplementos proteicos, puede ayudar a evitar la atrofia muscular muy temprana que se produce en las células del corazón y prevenir la cardiotoxicidad a largo plazo’, dijo Ibáñez.
De hecho, actualmente estamos probando esta intervención, tenemos un estudio bastante avanzado que aún no hemos completado y no podemos considerar definitivo, pero los resultados preliminares son muy prometedores, añadió. Al mismo tiempo, hemos visto que otro fenómeno que se produce de forma muy temprana es una reducción muy significativa del metabolismo cardíaco, especialmente de los ácidos grasos. Así pues, una dieta rica en ácidos grasos omega 3 puede volver a prevenir este daño.
Según el investigador, el siguiente paso será un ensayo clínico en el que los pacientes con alto riesgo de sufrir esta cardiotoxicidad recibirán, durante el tratamiento con antraciclinas, un enfoque nutricional especial con suplementos proteicos y una dieta rica en ácidos grasos. De esta forma, el corazón estará mejor preparado para recibir el daño causado por las antraciclinas y podrá evitar que se produzca esta toxicidad.