Después de votar, tomas una foto, me la traes y te la daré, una conversación entre un militante del partido y un joven de un distrito de la capital. Ha sido normal en la competición atraer más votantes a las urnas el domingo. Esto demuestra el poder de la tecnología para lograr este objetivo.
Eso no es lo único. El sociólogo Assel Emanuel Tapia señala que la plataforma WhatsApp también tiene como objetivo promover esta actividad y crear grupos para distribuir logística (dinero) después de la votación. Entonces, el antiguo método de compra de credenciales tiene competidores, dispositivos tecnológicos más efectivos.
Garantizaron que la votación favorecería al candidato que prometiera una compensación en forma de veinticinco centavos u otros beneficios. Puede leer: Rosario Espinal cree que hay que prestar atención a la debilidad del sistema de partidos Aunque el uso de teléfonos móviles está prohibido en los colegios electorales, esta medida no se respeta plenamente en las elecciones municipales. Además, en muchas escuelas esta norma se ha incumplido hasta el punto de que los delincuentes tienen la osadía de publicar en las redes sociales fotografías y vídeos tomados en estas instalaciones.
Tapia llamó a la Comisión Central Electoral a ser más dura con esta norma y así evitar resultados incompatibles con la legalidad. Dijo a la organización que esta era una gran oportunidad para demostrar equilibrio, fortaleza y compromiso con la democracia. Para algunos votantes, este enfoque puede parecer ridículo, incluso estúpido.
Entre ellos se encuentra Juni, un chico de 18 años que desempeñará esta tarea por primera vez y de forma adecuada. El que no me dé 3.000 no me verá. Lo he dejado claro.
Voté por él y le traje su foto. Si quieres publícalo, dilo en voz alta en una calle de La Yagüita, Distrito Nacional. Luego aseguró que recibió varias propuestas pero solo una logró el monto requerido.
Raymond, de 41 años, dejó claro que votaría como quisiera, pero si alguien le ofreciera 5.000 pesos por su voto y el de su hijo, el primero en votar como Juni, aceptaría de inmediato. El sociólogo Assel Tapia mantuvo firmemente su posición y pidió al jefe de la Policía Militar Electoral, general Juan José Otaño Jiménez, que mantenga la vigilancia, tanto para evitar esta práctica ilegal como para controlar el ambiente escolar, que esa orden se aplique sin más que pesar. .
