“La comprensión natural puede reemplazar a la cultura, pero la cultura nunca podrá reemplazar a la cultura”. (Arthur Schopenhauer).
La Colonia ha perdido su referencia. La cultura ha perdido uno de sus puntos de encuentro. El Conde lamenta una muerte inesperada. Todos los clientes habituales de hoy visten ropas de luto. El café de hoy sabe a cicuta.
El cierre de La Cafetera, en un oscuro día de septiembre, fue un puñal en el corazón de una institución que mantuvo historias durante 92 años.
Casi un siglo de encuentros de escritores, pintores, poetas, periodistas y artistas de todos los géneros.
Las exposiciones, nuestros libros, el análisis, el diálogo, han perdido uno de sus espacios más emblemáticos. Un patrimonio cultural donde disfrutan del aromático café, entre ellos la fama del «medio pollo», Pedro Peix, Pedro Mir, René del Risco Bermúdez, José Cestero, Glaem Parls, René Rodríguez, Soriano, Yi-Yoh Robles, Darío Estrella, Rafael» Bullumba» Landestoy, entre otros.
La intervención de la Municipalidad Colonial, con sus limitaciones por falta de estacionamientos y difícil acceso a la zona, jugó un mal papel, provocando la venta de La Cafetería edificio en muchos años. Nadie dio la cara para evitar el destino final del rincón fundado por el vasco Benito Paliza en 1932, pionero en el tostado de café nacional.
Sin turismo. Nor Cultura, organización que el 21 de octubre de 2022, durante los actos de conmemoración del Día Nacional de los Poetas, lo declaró Espacio Cultural Literario y colocó un cartel en la entrada del recinto que decía: “por ser cuna y fundamento donde se encuentran el arte y la obra literaria”. , contribuyendo al enriquecimiento y desarrollo de la sociedad dominicana. Irónico ¿no?
Con el cierre de La Cafetería ha desaparecido un faro cultural y turístico de la Colonia.