Artista apoya la exposición “Pintura Sin Límites” de la Asociación Dominicana de Rehabilitación, gracias a la organización hey y su madre sobrevivió a la polio.
Azul aquí, blanco allá, amarillo aquí y un toque de rojo hábilmente mezclado para darle dramatismo. Este es el recurso que el artista Juan Mayí aprovechó para mostrar su apoyo a la exposición ‘Pintando Sin Límites’, organizada por la Asociación Dominicana de Rehabilitación a través de su centro homofónico. Tres fotografías sobre un mismo lienzo, transparencias y unas gotas de agua salpicando el universo captado por el artista crean una pieza mural que propone como pieza central.
El artista, a veces sentado en su taburete, o de pie en otras ocasiones, respondía preguntas, se mostraba a gusto con el público mientras agregaba volumen con sus combinaciones de colores azul y blanco que hacían entender al espectador como el cielo. noche.
Para él creativamente el escenario es la Galería 360 y se trata de una muestra llamada “Huellas Históricas Ilimitadas: Juan Mayí, pintor”, que forma parte del ciclo de Exposiciones Ilimitadas, que se exhibe en el vestíbulo sur del centro comercial hasta mañana, el cual presenta más de 60 pinturas de estudiantes de siete Centros Educativos en Atención Multidimensional (Ceamd) y del Programa de Formación Profesional de Actuación de rehabilitación.
Mayi fue una del jurado que evaluó los trabajos de estudiantes de 6 a 26 años, que estudian en el CEAMD de Santiago, San Francisco de Macorís, Guerra, San Pedro de Macorís, San Cristóbal, Distrito Nacional y Puerto Plata
Rosa Emilia Ureña, Directora de Educación Especial y Formación Vocacional, Anniuska Castillo, Directora Ejecutiva Operaciones y Estadística, y Solangel. Valdez, quien estuvo a cargo de la comunicación durante el proceso de rehabilitación, le entregó un reconocimiento por su colaboración, la cual el artista recibió con humildad, sorpresa y agradecimiento.
Una historia contada entre colores
«Eso tengo que agradecer al Centro de Rehabilitación, porque si estuve aquí hoy, después de cuando contrajo polio «se lo debo a mi madre y al Centro, donde Recibí atención médica, terapia, apoyo… todo lo que necesitaba para lograr mi autonomía”, declara entusiasmado el artista premiado.
Mayí Cuenta que, mientras pinta, viaja desde su ciudad natal, San Francisco, a el único centro de rehabilitación que existía en ese momento, ubicado en la capital. Le habló del árbol que quedó en el jardín, juega debajo del árbol mientras espera que le reparen los zapatos porque no tiene suficiente dinero para ir. muchos.
«Gracias, señora. Mary Pérez Marranzini envió un equipo para evaluar las condiciones de vida de la familia y después de esta visita en general no nos prestaron atención. Cuando llegó el momento de empezar el colegio, fue mi madre quien dijo que yo no necesitaba educación especial, que debía ir a un centro regular, y mi madre así lo hizo. Crecí jugando con amigos y haciendo travesuras normales, aunque era bastante tímido”, explicó.
Durante la conversación, el artista expresó que el país debe estar agradecido por el trabajo que realiza Rehabilitación para contribuir al bienestar y autonomía de las personas con discapacidad, especialmente aquellas que no cuentan con recursos para buscar servicios médicos o sillas de ruedas, y aquellas que sí cuentan con ayuda de la organización, sin importar color de piel u origen social. ellos.
«Todos debemos apoyar la labor de Rehabilitación, no hay organización más unida y cuyos servicios lleguen con tanta calidad a toda la población», afirmó el artista.
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