El fundador del surrealismo francés, André Breton, expresó que ante la necesidad de una revisión absoluta de los valores que todos comparten hoy, la obra plástica debe referenciar un modelo completamente interno. . , bajo pena de dejar de existir.
Esta crítica, que prioriza al emisor y al receptor, contiene implicaciones altamente subjetivas, sugiriendo el alcance visual de la obra y la Su variante, afirma una colección de eventos que ocurren naturalmente Esto siempre ocurre cuando el productor, como en el caso de Manuel Nina, intenta poner los sentidos y las emociones en el contexto adecuado para crear un impacto beneficioso en el espectador.
La crítica a la que se refiere Bretón es condensado; Se puede decir que muestra la estimulación especial en la obra de Nina, resaltando la hoguera lírica y alegórica, y evocando sugerencia y sentimiento. Esto se debe a que el proceso se basa en una síntesis clara y rigurosa de ingredientes. En resumen, esta es la exposición que se presenta en la galería Juan Julio Boden, titulada “Vestigios y éxtasis intemporales”, auspiciada por el famoso promotor artístico dominicano Rainier Sebelén y su hija Estefanía, quienes decidieron seguir los pasos de su padre. huellas en este campo.
Las obras expuestas en el citado centro de arte nos recuerdan que todos pasamos por este proceso: la infancia, en diferentes momentos, perdurará en nuestros recuerdos. El artista Manuel Nina nos recuerda que jugó un papel primordial en el desarrollo de nuestra existencia. Por ello, su aparición entre el umbral y el símbolo simbólico, independientemente de su contraste luz-oscuridad, también conceptualiza el signo y el significado en sus detalles ontológicos.
Las obras creadas íntegramente bajo la inspiración de Estefanía Sebelén nos confronta a través del prisma de una infancia que ha madurado con el tiempo con las mejores intenciones. Es por ello que un carácter lúdico impregna sus obras, evocando una serenidad mágica, alegórica, onírica y musical; sintetizado en un lirismo mágico que cautiva, a través del surrealismo de símbolos, imágenes y gamas de colores, en las que sobresalen el rojo, el azul oscuro, el amarillo, el marrón, el blanco y el gris, junto a muchos otros colores.
Desde esta perspectiva, las obras que el artista Manuel Nina expuso en la galería antes mencionada honran los recuerdos de la infancia, los subliman, los convierten en metáforas surrealistas que expresan evidencias de una o más etapas diferentes de la existencia, en las que la El artista integra un mundo muy específico. , especialmente el ambiente sensual y sensual al mismo tiempo. Esto quiere decir que la dinámica de las obras expuestas en la Galería de Arte Juan Julio Boden se da a través de una dimensión cósmica y lúdica, llena de símbolos que imponen la premisa del pasado que tiene el arte. El artista restauró y contextualizó a través de su capacidad artística. .
De esta manera, Manuel Nina prioriza el desarrollo cognitivo, poniendo énfasis en las representaciones visuales para devolver al espectador la capacidad de recordar y captar objetos que juegan un papel importante en los planos psicológico, sociológico y espiritual. Estos elementos incluyen visión panorámica, instintos emocionales y momentos de alegría, placer, sueño y rasgos distintivos. También incorporan música meditativa y provocativa, creando un lugar muy especial para explorar lo desconocido y ver por ti mismo cómo el tiempo lo ha cambiado todo.
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