República Dominicana tiene destinos únicos en sus cuatro direcciones que seguramente ofrecerán una experiencia maravillosa, especialmente para los extranjeros que suelen buscar atractivos que sólo la calidez del Caribe puede ofrecer. El periódico Hoy ha salido esta semana a redescubrir las bellezas y las gentes de la ciudad… y a palpar su dinamismo turístico, dada la fuerte presencia de este sector en la región…
. La eficiencia le ha robado su brillo.
Lo primero que se ve al llegar al parque, que conecta con la autopista a Bayahibe, son vallas publicitarias con mensajes que anuncian el desarrollo de grandes proyectos inmobiliarios para servicios turísticos, así como diversos anuncios del Comité Ejecutivo de Infraestructura en Zonas Turísticas (CEIZTUR) respecto a la reurbanización de la ciudad.
Y cuando se habla con los vecinos, se puede apreciar su disposición a apoyar los diferentes empleos y servicios que fortalezcan el sector turístico.
En el parque, por ejemplo, se puede ver a personas trenzando el cabello, un servicio muy demandado entre los turistas que visitan la zona. Más tarde, en el Palacio Municipal y el cartel de Bayahibe, muy visitado y notado por turistas de todo el mundo, conversamos con un matrimonio argentino, Miriam Mas y Carlos Bisutti, quienes nos manifestaron su satisfacción por su estadía allí. Acudieron a la oficina del Parque Nacional Cotubanamá, donde los turistas o ciudadanos interesados compraban por RD$250 una pulsera que les daba derecho a viajar a las islas Saona o Catalina utilizando las diferentes opciones de transporte acuático que se ofrecen.
Durante nuestro recorrido también paramos en la Plaza de Comerciantes de Bayahibe, donde se venden todo tipo de souvenirs y artesanías dominicanas, aunque la mayoría de los vendedores son ciudadanos haitianos.
Los trabajadores de las zonas turísticas, incluidas las empresas de transporte turístico por tierra y mar y los propietarios de restaurantes, se quejan del bajo número de visitantes y la falta de ingresos a pesar de la temporada alta.
Uno de ellos fue el taxista turístico Luis Caraballo, quien dijo: “Los turistas que llegan a esta zona son una especie de ‘simple personal’, no tienen dinero. «Los 11 millones recibidos son una maniobra de distracción del ministro para cumplir con la cuota, porque los ingresos no son visibles», está convencido.
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