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Pausa aduanera no arruinará buenos tiempos para República Dominicana

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La pausa en la aplicación de los aumentos arancelarios dispuestos por el presidente Donald Trump para México y Canadá no extingue el buen momento que esta medida ha creado en favor de terceros países que exportan al mercado estadounidense y que se disputan las inversionistas extranjeras destinadas a proyectos orientados a producir para ese mercado, como la Repúblico Dominicana.

Esto así porque independientemente de lo que pase con los pausados aumentos arancelarios, Trump mantendrá esa arma como espada de Damocles para clavarla en un mes o cuando se renegocie el TMEX o cuando fuere, en busca de su propósito de que Estados Unidos sea primero.

De manera que la incertidumbre generada por los en los mercados de México y Canadá se mantendrá. En el caso de México, el anunciado aumento arancelaria se convirtió en un choque de incertidumbre que se sumó a ruidos que se habían generado internamente por varias reformas institucionales, como de la del Poder Judicial.

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Como resultado, inversionistas extranjeros que pudieran haber pensado dirigir inversiones a México pudieran preferir ahora otros países, e incluso, aquellos que ya tienen asiento en México, pudieran buscar otros destinos para diversificar sus inversiones y así bajar el riesgo.

No obstante, es el momento para reiterar que para que la República Dominicana pueda aprovechar esas oportunidades debe invertir para crear una buena oferta de recursos humanos calificados y de infraestructuras de nivel, que respondan a las exigencias actuales para producir para el mercado de Estados Unidos.

Y también el país debe prepararse para lidiar con el enfoque transaccional en la política exterior del Gobierno de Trump.

Es nuevo enfoque explica que sólo blandiendo esa arma, ya Trump logró que el Gobierno de México se comprometiera a enviar de inmediato 10.000 soldados mexicanos a la frontera que separa a México de los Estados Unidos para controlar el tráfico de drogas y que inmigrantes penetren a los Estados Unidos, y Canadá también se comprometió a mantener una cantidad de igual de tropas en la frontera con Estados Unidos y otras concesiones.

El plan de Trump se apoya en tres objetivos: ganancias comerciales para Estados Unidos a través de los aranceles, control de la inmigración, con control de entrada y con deportación de indocumentados, y reducir la entrada de drogas, con énfasis en el fentanilo, a Estados Unidos.

Y en la aplicación de su plan está obteniendo rápidos y sorprendentes resultados.

No sólo están los acuerdos con México y Canadá. También están los acuerdos con todos los países latinoamericanos, incluidos los pocos receptivos, como Colombia y hostiles como Venezuela y Honduras, han acordado acoger a los inmigrantes indocumentados deportados de Estados Unidos.

Pero el caso de El Salvador está fuera de serie, pues se ha ofrecido no sólo a acoger en sus cárceles a «peligrosos criminales» deportados de nacionalidad estadounidense y que se encuentren bajo custodia en Estados Unidos.

«Ningún país nos ha hecho una oferta de amistad como ésta», dijo el secretario de Estados Unidos, Marco Rubio, al calificar el gesto. Es el entendimiento del nuevo enfoque que también explica que tras la amenaza de Trump sobre el canal de Panamá, el presidente panameño, haya acordado con Estados Unidos no renovar el acuerdo de adhesión de Panamá a la Ruta de la Seda. Y lo mismo puede decirse de la oferta de Trump a Ucrania de condicionar la ayuda financiera para la guerra a cambio de sus tierras raras.

De manera que la frase «más bienaventurado es dar que recibir» ha cambiado en tiempos de Trump a primero recibo, entonces veré que puedo darte.

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