Hace dos años, Leandra Rojas, residente en el Distrito Nacional de Santo Domingo, se endeudó para perseguir el llamado “sueño americano”.
La dominicana decidió salir de República Dominicana y viajar a Estados Unidos “vía” México con su hijo de once años. Ella abordó un avión hacia El Salvador y luego viajó a Guatemala para encontrarse con su «contacto», un hombre que le daría instrucciones sobre cómo llegar a Estados Unidos.
«Lo hice a través de Guatemala. Gasté más de medio millón de pesos. «Vendí mi casita, vendí todas mis cosas y pedí dinero prestado», dijo Rojas con cara de arrepentimiento.
«(Antes) vendía cosméticos. Soy ama de casa. Me vino a la cabeza la idea de irme. Vi gente que iba y venía allí; «Ellos mandaron videos, fotos, etcétera», dijo la mujer en una entrevista en el programa radial «El Mañanero con Boli», en el que también contó que decidió correr el riesgo con su hijo, que entonces tenía 11 años.
Antes de llegar a Estados Unidos, Rojas dice que fue secuestrada y abusada físicamente en México. Ella recuerda haber viajado un largo trecho con su hijo a través de montañas y ríos y haber pensado que en algún momento moriría.
Cuando logró ingresar a Estados Unidos, terminó en un hogar donde permaneció varios meses. “Yo también me mudé de casa en casa porque no tenía dirección. “Terminé quedándome con un familiar que me soportó unos meses hasta que decidí regresar a República Dominicana”, recuerda. Para convencer a las autoridades migratorias estadounidenses, Rojas afirmó en su domicilio que era víctima de persecución. «No podía soportar pensar que en mi país me atacaran», dijo, aunque admitió en una entrevista que esa versión era falsa.
Después de unos nueve meses en Estados Unidos, la depresión, el desempleo y el frío extremo la obligaron a regresar a su tierra natal. «Me sentí incómoda», dijo.
Ahora que ha llegado a República Dominicana, se enfrenta a las deudas que dejó atrás antes de partir. “Empecé desde cero, con una mano delante y otra detrás”, lamentó. Tras la experiencia, Rojas instó a los dominicanos a no repetir el mismo error. No existe el “sueño americano”, concluyó.
Sobre este caso, el experto en leyes migratorias Gregorio Martínez de Toca Viajar explicó que la mujer tuvo que pasar por todos los trámites legales para obtener asilo y poder trabajar en Estados Unidos. «No le informaron. Ahora la están castigando. Como no ha hecho el trámite, cuando se presente en la embajada se dará cuenta de que tiene una cita en este país», afirmó.
En ese espíritu, hizo un llamado a la ciudadanía a garantizar que todas las personas que decidan emprender la riesgosa aventura de ingresar a Estados Unidos tengan un año para solicitar asilo. De lo contrario, deberán regresar a República Dominicana.
Mientras muchos criollos deciden abandonar su país y viajar a Estados Unidos vía México o, como en el caso de Puerto Rico, en barco, la administración de Donald Trump ha incrementado las deportaciones masivas de inmigrantes. Tanto es así que muchos dominicanos en esos países decidieron regresar a su patria.
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