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Camille Parmesan utiliza mariposas como barómetro del impacto climático

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Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

MADRID (EFE). — El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático y Ciencias del Medio Ambiente se otorgó a la investigadora estadounidense Camille Parmesan, por evidenciar que “las especies silvestres alteran su distribución geográfica como respuesta al cambio climático”.

La científica, natural de Houston y actualmente residente en Francia, observó este fenómeno por primera vez a mediados de la década de 1990 en poblaciones de mariposas.

Con el tiempo, extendió sus hallazgos a “miles de especies de plantas y animales tanto en ecosistemas terrestres como marinos”.

El jurado resaltó que el trabajo de Parmesan “supone un descubrimiento esencial que establece las bases de la ecología del cambio climático”, al documentar los desplazamientos de especies hacia los polos y zonas más altas debido al aumento global de las temperaturas.

Pedro Jordano, miembro del jurado y profesor en el Departamento de Ecología Integrativa en la Estación Biológica de Doñana-CSIC, explicó que la investigadora fue pionera en el uso de “big data para extrapolar sus hallazgos iniciales sobre mariposas a escala mundial”.

Las investigaciones de Parmesan han influido en estrategias de conservación diseñadas por varios gobiernos. De acuerdo con el acta del jurado, estas estrategias incluyen corredores ecológicos, migraciones asistidas y zonas protegidas adaptadas al desplazamiento de especies.

Preservación genética

La propia científica indicó que “la estrategia de conservación no debe enfocarse en una especie, sino en preservar la biodiversidad en general”. Además, se refirió al caso del oso polar, cuya posible extinción podría derivar en mezclas con otras especies: “Es mucho mejor permitir que se creen híbridos con especies cercanas, como el oso grizzly”.

“Conservamos esos genes en el ecosistema y cuando algún día estabilicemos el clima los genes estarán ahí para volver a evolucionar hacia especies resistentes al frío”, señaló Parmesan.

No obstante, advirtió que “si hacemos lo contrario y prevenimos estas mezclas, vamos a perder mucha diversidad genética”.

El trabajo de Parmesan también abarca los impactos del cambio climático en la salud pública, particularmente la expansión hacia latitudes más altas de enfermedades tropicales como la malaria y el dengue, transmitidas por mosquitos, dijo el científico Carlos Duarte, miembro del jurado.

Duarte es titular de la Cátedra de Investigación Tarek Ahmed Juffali en Ecología del Mar Rojo en la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdalá, en Arabia Saudita.

Parmesan destacó que, a corto plazo, “el cambio climático ya tiene un impacto muy directo sobre los sistemas de agricultura y pesca”.

“Las zonas en las que se pueden cultivar plantas y peces están cambiando”.

“Los pescadores ya notan que las especies que pescan no son las mismas que antes”, concluyó.

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