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Connatural a las conmemoraciones del Viernes Santo ha sido recordar desde el púlpito de la Catedral Primada de América las siete frases atribuidas a Cristo por los evangelistas durante la Crucifixión. Al ser traídas a colación en su dramática proyección intemporal al plano de la realidad dominicana, adquieren anualmente un sentido social especial de denuncias y peticiones en favor del “Pueblo de Dios”. Un inventario de metas por cumplir que, en nombre de la fe y con acierto, la Iglesia considera oportuno resaltar. Las palabras “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” fueron citadas en esta ocasión desde la tribuna sagrada para llamar la atención de las autoridades hacia el desequilibrio al que parece estar siendo conducido el ecosistema nacional, demandando regular y frenar actividades de gran impacto sobre los recursos naturales. Las carencias del sistema de salud dominicano, que se traducen en pérdidas de vidas por falta de atención en hospitales, fueron invocadas a propósito de la frase “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso” dirigida por Jesús a otro condenado a muerte. En sucesivas disertaciones, los predicadores católicos hicieron suyas las preocupaciones que genera a la sociedad la Inseguridad Ciudadana, que describieron como una mancha de aceite que contamina cada rincón de la convivencia nacional. Los accidentes de tránsito, de máxima gravedad en el país con índices de mortalidad que superan a otras naciones del mundo, fueron resaltados por uno de los predicadores como causantes de una sensación de abandono por parte de la ley en los ciudadanos. El desafío del Sistema Penitenciario no faltó en el púlpito de Viernes Santo, con una severa advertencia a jueces y fiscales de que las violaciones a derechos humanos en prisiones provocan mayor marginación, exclusión y sufrimientos. El trato desigual que reciben económicamente los gobernados, muchos de los cuales se sienten excluidos y explotados, estremeció el recinto eclesial, casi al mismo tiempo que recibió una enérgica reprobación la violencia intrafamiliar, porque “los feminicidios sacuden fuerte y vergonzosamente a la República Dominicana”. La enumeración anual de males apenas cambia, aunque el poder se sienta aludido.
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