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MIAMI, Estados Unidos. – El cardenal arzobispo de La Habana, Juan de la Caridad García Rodríguez, viajó a Roma para participar en las exequias del papa Francisco y en el cónclave que elegirá al nuevo pontífice. Con 76 años de edad, el cubano está entre los 135 cardenales electores que conforman el Colegio Cardenalicio, y, aunque su elección como nuevo papa es improbable, su presencia en el cónclave es un hecho simbólicamente significativo para la Iglesia en Cuba.
“Su Eminencia es un cardenal elector y, a su vez, es uno de los cardenales elegibles. Aunque esto sea poco probable, es un verdadero orgullo saber que la Iglesia en Cuba estará representada en el próximo Cónclave”, escribió en Facebook el sacerdote Elixander Torres Pérez, vicario pastoral de la Arquidiócesis de San Cristóbal de La Habana. “Oremos para que el Espíritu Santo ilumine al Colegio Cardenalicio para que elijan a un Pastor según el corazón de Jesús”, agregó.
García Rodríguez, nombrado cardenal por el papa Francisco en 2016, es el único cubano que asistirá al cónclave, según un informe de la agencia de noticias EFE.
El fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril abrió un proceso de deliberación clave para el futuro de más de 1.300 millones de católicos en el mundo. Aunque los principales candidatos se encuentran en Europa y Asia — como Matteo Zuppi, Pietro Parolin y Luis Antonio Tagle — la diversa configuración del actual colegio cardenalicio permite que se consideren nombres de regiones tradicionalmente periféricas en la jerarquía vaticana.
No es la primera vez que se menciona a un cubano entre los “papables”. En 2005, el entonces arzobispo de La Habana, Jaime Ortega y Alamino, fue incluido en listas de candidatos, aunque con “posibilidades escasas”, según reportó la agencia AP en ese momento.
Ortega se destacó por su papel en la organización de la histórica visita de Juan Pablo II a Cuba en 1998 y su habilidad diplomática en la interlocución con el régimen cubano. Sin embargo, ningún cubano ha llegado a ocupar el trono de San Pedro, que por casi 2.000 años ha sido reservado mayormente a europeos.
Con el actual cardenal cubano entre los electores, la Iglesia en la Isla vuelve a estar presente en una de las decisiones más trascendentales del catolicismo. La edad de García Rodríguez (76 años) lo sitúa cerca del límite para votar, que se cierra a los 80 años.
El próximo cónclave se celebrará en medio de fuertes tensiones internas y desafíos globales. La sucesión de Francisco estará marcada por debates sobre la continuidad de su legado reformista, la descentralización eclesiástica, la relación con China, la situación de los abusos sexuales en la Iglesia, y el papel del catolicismo en regiones donde crece el secularismo o la competencia de otras religiones.
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