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La prioridad otorgada a los servicios médicos estatales se mantuvo considerada insuficiente, al reunirse ayer, por segundo año seguido, 56 organizaciones no gubernamentales que exigen de manera constante una mejora de los indicadores de salud y bienestar colectivo en República Dominicana. Lo que más se critica hasta resonar en reuniones de este tipo es que el modelo asistencial existente continúa siendo curativo, distante de la prevención y la educación que promuevan hábitos saludables y enseñen a los ciudadanos a tomar decisiones para protegerse de las enfermedades.
El activismo social-comunitario expresó de nuevo su descontento, ya que entienden que la construcción y remodelación de grandes hospitales no impacta como debería en la salud de la población, a partir de un hecho evidente: los centros asistenciales siguen repletos de pacientes y las emergencias se congestionan constantemente de personas que no consiguen citas con especialistas y a gran parte de la población le faltan los servicios de atención primaria; estos podrían ser accesibles con inversiones modestas, alejadas del gigantismo de gran infraestructura y equipamientos costosos que luego no reciben mantenimiento. Algunas modernidades de las ciencias médicas tienen aquí una vida demasiado corta y no sorprende que los equipos desaparezcan misteriosamente.
La crítica vehemente de estas voces descontentas de la colectividad no llega a negar aquello que reconocen como logros, modestos pero significativos. Pero el vacío que más notan es que en el país no se ha declarado, con acciones y programas, la salud como tema prioritario en la agenda política nacional. No faltó esta vez en el memorial de agravios que la nación, compuesta por una gran mayoría de dominicanos afiliados al Sistema de Seguridad Social, siga sometida a los copagos que les quitan dinero a los pobres, mayoritarios en el amparo de las ARS, lo cual se considera un abuso socialmente insostenible e ilegal. El sistema asistencial público ha sido visto de nuevo en crisis; y así seguirá mientras el Gobierno no reoriente la inversión.
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