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¿Sabías que lo que adquieres en el supermercado podría comprometer tu salud sin que lo notes? En la batalla contra la obesidad, la diabetes y las enfermedades del corazón, una acción simple y eficaz ha probado ser una fuerte aliada: el Etiquetado Frontal con Advertencia Nutricional – EFAN- en forma de octágonos.
Este sistema coloca octágonos negros visibles en la parte frontal de los productos que sobrepasan ciertos límites de azúcares, sodio, grasas saturadas o calorías. Su mensaje es directo: “Alto en azúcar”, “Alto en sodio”, “Alto en grasas saturadas” o “Alto en calorías”. Así, los consumidores pueden tomar decisiones más conscientes en segundos, sin necesidad de interpretar etiquetas complejas o letra pequeña.
Esta herramienta no prohíbe productos, ni impide su venta. Solo informa de forma directa y clara.
Países como Chile, México, Perú, Uruguay, Argentina y Colombia ya implementaron este tipo de etiquetado, y los resultados han sido muy positivos:
Estos países están liderando el camino en la promoción de entornos más saludables y en la defensa del derecho a la información.
¿Por qué necesitamos esto en República Dominicana?
República Dominicana afronta elevadas tasas de sobrepeso, obesidad, hipertensión y diabetes, incluso en niños. Gran parte de estos problemas están relacionados con el consumo excesivo de productos ultraprocesados llenos de azúcares, sodio y grasas no saludables. Un etiquetado claro sería un paso crucial en la prevención, ayudando a que las personas elijan mejor sin ser expertos en nutrición.
Algunos sectores de la industria se oponen argumentando que el etiquetado podría “asustar” a los consumidores o afectar sus ventas. Sin embargo, la salud pública debe primar sobre el interés comercial. Además, muchas empresas ya han demostrado que pueden adaptarse, reformular sus productos y seguir siendo competitivas.
No se trata de perjudicar a la industria, sino de promover productos más saludables y ofrecer a la población información transparente.
Implementar el EFAN es una política sencilla, basada en evidencia y con beneficios evidentes. Como ciudadanos, tenemos derecho a saber lo que comemos y a cuidar nuestra salud y la de nuestras familias.
Es hora de que República Dominicana dé este paso. La información salva vidas, y el etiquetado claro es un derecho, no un lujo.
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