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El viernes, la administración Trump frenó sus nuevos aranceles sobre productos electrónicos importados a Estados Unidos.
La confusión generada por los aranceles estadounidenses perdura, luego de un fin de semana de dudas en torno a los productos electrónicos de consumo.
El viernes, el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, suspendió temporalmente sus nuevos impuestos sobre productos electrónicos importados a Estados Unidos, dando indicios de un cierto alivio de las guerras comerciales que se han intensificado, particularmente con China, un importante exportador de tecnología, desde teléfonos inteligentes hasta portátiles. No obstante, estos productos siguen sujetos a otros gravámenes.
Además, funcionarios han indicado que se avecinan más aranceles, específicos por sector, dirigidos a los productos electrónicos, lo que, según advierten los economistas, incrementará los costos y elevará los precios para los consumidores.
Esto es lo que sabemos:
El viernes por la tarde, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos comunicó que los productos electrónicos, como los teléfonos inteligentes y las computadoras portátiles, estarían excluidos de los aranceles generales que Trump llama “recíprocos”, lo que significa que estos productos no estarían sujetos a la mayoría de los aranceles impuestos a China hasta la fecha, ni a los gravámenes base del 10% aplicados a otros países.
Sin embargo, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Howard Lutnick, afirmó más tarde que esto era solo un respiro momentáneo, e indicó en “This Week” de ABC el domingo que los productos electrónicos estarán incluidos en futuros aranceles específicos por sector, que probablemente llegarán “en uno o dos meses”.
Y no todos los gravámenes que Estados Unidos ha impuesto a países como China caen bajo la categoría “recíproca” de la Casa Blanca. Horas después de los comentarios de Lutnick, Trump declaró en redes sociales que no había “excepción” alguna, generando más confusión. Trump argumentó en cambio que estos productos están “simplemente trasladándose a un grupo diferente”. También dijo que China aún enfrentará un gravamen del 20% sobre las importaciones de productos electrónicos como parte de una medida previa relacionada con el tráfico de fentanilo.
El domingo, el Ministerio de Comercio de China dio la bienvenida a una pausa parcial sobre los productos electrónicos de consumo, pero continuó instando a Estados Unidos a cancelar por completo el resto de sus aranceles.
El presidente chino Xi Jinping reiteró eso el lunes, y escribió en un artículo de opinión publicado conjuntamente en medios oficiales vietnamitas y chinos que “no hay ganadores en una guerra comercial”. Añadió que tanto China como Estados Unidos “deberían proteger decididamente el sistema de comercio multilateral, las cadenas industriales y de suministro globales estables, y un entorno internacional abierto y cooperativo”.
Los aranceles de represalia entre Estados Unidos y China han escalado a nuevas alturas en los últimos meses. Desde que asumió el cargo en enero, Trump ha impuesto una serie de gravámenes sobre importaciones desde China que ahora suman 145%.
En respuesta, China ha contraatacado con sus propias medidas, incluyendo aranceles sobre productos estadounidenses que actualmente suman 125%. Su Ministerio de Comercio también ha dicho que impondrá más controles de exportación sobre tierras raras, minerales utilizados en productos de alta tecnología como chips de computadora y baterías de vehículos eléctricos.
Los aranceles son impuestos sobre bienes importados de otros países. Y debido a que muchos de los productos electrónicos que compramos dependen de una cadena de suministro global, los economistas han advertido que los aranceles que afectan la tecnología de consumo podrían traducirse en precios más altos a la hora de adquirir un nuevo teléfono inteligente, computadora u otros dispositivos.
Reducir la tasa de esos aranceles, incluso temporalmente, podría retrasar o disminuir ese impacto. Sin embargo, es poco probable que se eviten totalmente los aumentos de precios. Los productos electrónicos seguirán siendo gravados por aranceles previos (no “recíprocos”) y, potencialmente, con gravámenes específicos por sector en el futuro.
También sería increíblemente difícil para las empresas cambiar sus cadenas de suministro. La administración Trump argumenta que los aranceles atraerán a grandes nombres como Apple, por ejemplo, para fabricar iPhones en Estados Unidos por primera vez. No obstante, Apple ha pasado décadas construyendo una cadena de suministro finamente calibrada en China, y tomaría años y costaría miles de millones de dólares construir nuevas plantas en Estados Unidos.
Wendong Zhang, profesor asistente de políticas y economía aplicada en la Universidad de Cornell, dice que el impacto de los aranceles en la tecnología de consumo refleja lo difícil que es un “desacoplamiento total entre Estados Unidos y China”. Productos como portátiles, teléfonos inteligentes y los componentes necesarios para fabricarlos representaron casi 174,000 millones de dólares en importaciones de Estados Unidos desde China el año pasado.
Trump señaló el lunes que había hablado con el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, antes de eximir a los productos electrónicos de algunos de los aranceles sobre productos chinos, y dijo a los periodistas que había “ayudado” a Cook con el respiro parcial, mientras que por otro lado dijo que también planea proporcionar exenciones temporales para los fabricantes de automóviles, ya que podrían necesitar “un poco de tiempo”. Apple no respondió por el momento a una solicitud de comentarios de The Associated Press.
Los aranceles han sumido a los mercados financieros mundiales en el caos, especialmente después del anuncio de Trump de aranceles generalizados del 2 de abril. Eso se atenuó tras la noticia de esta exención parcial de productos electrónicos, así como la suspensión de la semana pasada de aranceles más altos, excepto para China.
El lunes, el S&P 500 subió 0.8%, aunque las operaciones bursátiles seguían siendo inestables y brevemente perdieron toda su ganancia inicial del 1.8%. El promedio industrial Dow Jones subió 312 puntos, o 0.8%, y el compuesto Nasdaq avanzó 0.6%.
Aun así, el alivio podría ser fugaz. Si bien el respiro parcial de productos electrónicos indica que Trump está observando los mercados, Zhang señala que esta y otras acciones inminentes también muestran que la “estrategia de aranceles del gobierno se trata mucho más de la influencia y de singularizar… más que de un marco comercial coherente a largo plazo”.
En general, la incertidumbre sigue siendo alta, lo que dificulta que muchas empresas intenten afianzar planes a largo plazo cuando las condiciones parecen cambiar a diario.
“Las empresas prosperan con la estabilidad porque planifican en torno a reglas… Por lo tanto, los mercados funcionan mejor cuando las empresas están seguras de que las reglas son realmente las reglas”, escribió Dipanjan Chatterjee, vicepresidente y analista sénior de Forrester, en una nota el lunes. Aun así, añadió, las empresas deberán evitar reacciones impulsivas mientras evalúan el riesgo. “Cuando las políticas del viernes se descartan con las sobras del brunch el domingo, las empresas recurrirán a una estrategia principal: hacer lo menos posible para no sufrir daños”.
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