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Washington. La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos otorgó ayer dos triunfos al presidente Donald Trump, al permitirle deportar a presuntos miembros de la pandilla venezolana Tren de Aragua en base a una ley de 1798, y bloquear el regreso de Kilmar Ábrego García, salvadoreño, cuya residencia era legal y fue expulsado erróneamente a una cárcel de alta seguridad en su país natal.
El gobierno de Trump ha publicado imágenes de los presuntos pandilleros del Tren de Aragua esposados y con la cabeza rapada en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), en El Salvador.
Los abogados de varios de los deportados el 15 de marzo sostienen que sus clientes no pertenecen al Tren de Aragua, no cometieron ningún delito y fueron señalados principalmente por sus tatuajes.
El republicano usó esta ley del siglo XVIII -que solo se había usado durante la guerra de 1812 y las dos guerras mundiales- tras declarar en febrero organizaciones terroristas globales a seis cárteles mexicanos, el Tren de Aragua y la pandilla MS-13.
Su aplicación ha generado controversia y una disputa entre Trump y el Poder Judicial.
El máximo tribunal de nueve jueces, seis de ellos conservadores, habilitó el uso de la ley para deportaciones sumarias en una votación de cinco contra cuatro.
En su disenso, los tres jueces liberales argumentaron que el gobierno ha intentado evitar la revisión judicial en este caso y que la corte ahora lo recompensa por su proceder. La jueza Amy Coney Barrett se unió a partes del disenso.
La Corte Suprema anuló las órdenes de restricción temporales dictadas por el juez de distrito James Boasberg, quien a mediados del mes pasado ordenó que los más de 200 venezolanos sin documentos, acusados de ser pandilleros, no fueran deportados e incluso ordenó que regresaran los aviones que los trasladaban a El Salvador.
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