Salud

Las señales de un derrame cerebral como el que padeció el Papa

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Existen algunos factores que no se pueden prevenir, pero otros sí, adoptando hábitos de vida saludables.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Madrid.- La causa de la muerte del papa Francisco fue un ictus, un accidente cerebrovascular común, producido por una alteración súbita de la circulación cerebral que afecta el funcionamiento de una zona específica del cerebro, según la Sociedad Española de Neurología.

A consecuencia del ictus, el pontífice sufrió un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, tal como informó el Vaticano en su parte de defunción.

La muerte le sobrevino este lunes en su residencia de Santa Marta del Vaticano, donde se recuperaba de una infección respiratoria aguda por una neumonía bilateral polimicrobiana que le mantuvo 38 días ingresado en el Hospital Gemelli de Roma.

1. ¿Qué es el ictus?. El ictus es un accidente cerebrovascular, un trastorno repentino de la circulación cerebral que altera la función de una determinada área del cerebro, según la Sociedad Española de Neurología.

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2. Tipos de ictus. El ictus puede originarse tanto por una reducción significativa del flujo sanguíneo que recibe una parte del cerebro como por la hemorragia provocada por la rotura de un vaso cerebral.

En el primer caso se trata de un ictus isquémico. Son los más frecuentes (hasta el 85% de los casos) y su resultado final es el infarto cerebral, una condición irreversible que causa la muerte de las células cerebrales afectadas por la falta de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre.

En el segundo caso es un ictus hemorrágico, menos frecuente, pero con una mortalidad considerablemente mayor.

3. Factores de riesgo. Existen algunos factores que no se pueden prevenir, pero otros sí, adoptando hábitos de vida saludables. – Edad: el riesgo de sufrir un ictus aumenta de manera importante a partir de los 60 años.

El género: en general, el ictus es más frecuente en hombres que en mujeres, aunque la mortalidad es mayor en ellas. – Haber sufrido un ictus con anterioridad. – Hipertensión arterial. – Padecer enfermedades cardíacas, como angina de pecho o infarto de miocardio.

4. Prevención. No fumar ni beber alcohol. – Controlar el colesterol y, por ende, los niveles altos de grasas en la sangre. – Hacer ejercicio de forma regular evitando el sedentarismo. Obesidad y sobrepeso. – Estrés y ansiedad.

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5. Las señales de alarma Acudir lo antes posible a un centro médico es fundamental para recibir un tratamiento oportuno que mejore el pronóstico y disminuya las secuelas.

Estos son los síntomas de un ictus: – Dolor de cabeza intenso. – Visión alterada en uno o ambos ojos. – Dificultad para hablar y entender. – Pérdida repentina del equilibrio.

Pérdida de fuerza en manos, brazos y piernas, generalmente en un lado del cuerpo.

6. Tratamiento Dependiendo del tipo de ictus, isquémico o hemorrágico, se consideran tratamientos para restaurar la perfusión vascular, mediante trombolisis o trombectomía, y en algunos casos se recurre a la cirugía.

7.- Rehabilitación Entre el 40 % y el 60 % de los pacientes que sobreviven a un ictus sufren algún tipo de secuela. Recibir rehabilitación es crucial para la recuperación.

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