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Los Padres de San Diego sufrieron dos grandes sobresaltos la noche del domingo 20 de abril con sus estrellas, el venezolano Luis Arráez y el dominicano Manny Machado, quienes pudieron haber empañado su gran inicio de 2025 y apartarlos de la intensa lucha que disputan en la división más competitiva de las Grandes Ligas, la Oeste de la Liga Nacional.
Con Fernando Tatis Jr. como corredor en la primera entrada, Arráez bateó hacia el inicialista de los Astros de Houston, Christian Walker, quien pasó la pelota a Mauricio Dubón, con quien el venezolano chocó de forma frontal y ambos cayeron al suelo, aunque el hondureño se incorporó enseguida.
Arráez quedó inmóvil, cerca de la línea de primera base, dando la impresión de haber perdido el conocimiento. Mientras era atendido por el personal médico, con Tatis Jr. y Machado acercándose, las cámaras mostraban rostros de preocupación en sus respectivos ‘dogouts’, incluido el del también venezolano José Altuve.
Fue un momento “muy aterrador”, como lo describió después el mánager de los Frailes, Mike Shildt, y que se prolongó por 10 minutos hasta que Arráez fue sacado en camilla y trasladado a un hospital.
Con el drama por la salud y el futuro incierto del venezolano en la mente de todos, al reanudarse el juego, Machado se golpeó fuerte el pie izquierdo con sendos ‘fouls’ seguidos. En el último, se quedó doblado, mostrando mucho dolor por varios minutos, lo que hizo pensar que no podría seguir. Después de ponerse de pie, dio algunos pasos antes de decidir continuar. También jugó el lunes sin problemas.
En cuanto a Arráez, la misma noche del domingo, después del partido, regresó al estadio y el lunes fue puesto en lista de lesionados por siete días, aplicándose el protocolo de conmoción cerebral de las Mayores. Menos mal.
Ganador de tres títulos de bateo seguidos, uno en la Americana y dos en la Nacional (el de 2024 compartido entre Marlins y Padres), el habilidoso bateador de contacto no ha tenido el ritmo esperado al inicio de 2025, pero después de conectar de 26-9 en los últimos siete juegos, elevó su promedio a .287 al momento del incidente.
Como ‘hiteador’, Arráez es lo más parecido que los Padres han tenido a su jugador histórico, Tony Gwynn. En las dos temporadas más recientes ha logrado sus únicas cifras de 200 hits (203 y 200), aunque en su trayectoria, precisamente promedia 200 por cada 162 juegos.
Gwynn alcanzó la icónica cifra (sobre los 200 incogibles) en 5 ocasiones y en dos más se quedó a tres (197) del hito. Promedió 209 por cada 162 juegos en 20 años de carrera, aunque en cuatro disputó 54 y 86 partidos (en los dos primeros), 36 y 71 al final de su etapa (1982-2001).
Con Arráez y Machado (que ha empezado bien ofensivamente) fuera de peligro, sumado a la profundidad de su pitcheo, en especial el relevo, San Diego puede seguir en la pelea en la difícil División Oeste, que al 22 de abril lidera junto a los superpoderosos Dodgers de Los Ángeles (16-7), con unos Gigantes de San Francisco acechando (15-8). No muy lejos están los peligrosos Arizona Diamondbacks (13-9).
Un gran alivio vive el béisbol porque la situación de Luis Arráez, al parecer, no fue grave. Aliviado debe sentirse también su amigo Nelson Cruz, a quien el venezolano acompañó en su despedida de la Liga Invernal, al menos en el estadio Francisco Micheli de La Romana. Allí lo vimos.