Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Santo Domingo.- Tras la tragedia del Jet Set, con más de 200 fallecidos y al menos 180 heridos, especialistas en salud mental se preparan para una tercera fase de intervención para las personas afectadas, tanto directa como indirectamente, una etapa enfocada en ayudar a reconectarse con la vida.
Así lo explicó el psiquiatra y asesor del Poder Ejecutivo en materia de salud mental, José Miguel Gómez, quien, junto a profesionales de las áreas de enseñanza de intervención en crisis de cuatro universidades, ha estado desde el primer día del colapso de la discoteca, brindando apoyo a las familias.
“Hay que volver a conectar con la vida, es decir, regresar a la funcionalidad, a la adaptación psicosocial, a la resiliencia social, es crucial conectar con la vida, y eso se trabaja”, expresó.
Daños emocionales
Y es que ahora, advirtió Gómez, podrían desencadenarse los daños emocionales posteriores al duelo, con cientos de personas impactadas, pues ya hay personas con trastornos de ansiedad, insomnio, pesadillas, terror nocturno, estrés postraumático y depresión.
Si esto no se trabaja desde el punto de vista terapéutico, quedará en una estructura del cerebro llamada amígdala cerebral, cercana al hipocampo, donde reside la memoria. Cada vez que la persona recuerde el evento, el sistema enviará señales que la debilitarán emocionalmente, resultando en enfermedades psicosomáticas.
Según la psiquiatra Francis Báez, del Servicio Nacional de Salud (SNS), la red pública cuenta con varios centros de salud que darán prioridad a las personas afectadas por la tragedia.
Mencionó algunos que cuentan con psiquiatras y psicólogos, como los hospitales Vinicio Calventi, Marcelino Vélez Santana, Engombe; Jacinto Mañón, Francisco Moscoso Puello, Traumatológico Darío Contreras, Salvador B. Gautier, Reynaldo Almánzar y el pediátrico Hugo Mendoza.
Para las zonas afectadas como Haina, indicó que en Yaguate hay psiquiatras y psicólogos, al igual que en el hospital Juan Pablo Pina, en San Cristóbal y en Nuestra Señora de Regla, en Baní.
Gómez hizo un llamado a “cualquiera que tenga un familiar directo afectado por la tragedia, a buscar la ayuda del psicólogo, del psiquiatra, que vaya y toque la puerta. Los sobrevivientes no deben quedarse en casa, deben buscar ayuda”, puntualizó.
Plan de acción
Al principio, en esa primera línea de intervención, los especialistas en conducta trabajaron la parte del dolor inicial, detectando síntomas psicológicos como ira, rabia, dolor, culpa, llanto, angustia, desesperación y desesperanza.
Además, durante el fin de semana, se comenzó a asistir a los trabajadores de la salud mental que estuvieron en primera línea, a todo el personal de salud y los bomberos. En lo sucesivo, continuarán con los socorristas y brigadistas.
Según Rafaela Burgos, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en la tragedia hubo diferentes tipos de víctimas: los fallecidos y heridos, los familiares, los rescatistas y la población conmocionada por el suceso, destacando que la empatía fue la base de todos los que se movilizaron.
En un encuentro con reporteros del Grupo de Comunicaciones Corripio, Gómez solicitó al Gobierno coordinar con los municipios los programas de resiliencia social para enseñar a la gente a fortalecer sus emociones.
Organizar el voluntariado
De igual manera, partiendo de la solidaridad observada durante la tragedia, Gómez señaló que el voluntariado debe organizarse y crear una cultura, ya que, en otras situaciones en el país, las personas se vuelcan a entregar todo tipo de ayuda.
Durante esos días, cientos de personas se dispusieron a donar sangre, contribuyendo a las intervenciones de los afectados.
Vanessa Espaillat, de la Unidad en Crisis de la Universidad Iberoamericana (Unibe), explicó que todo el personal de las academias como la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña y la PUCMM, se involucraron desde el primer instante, rotando turnos para no dejar desamparadas a las familias.
En el caso de niños y adolescentes, Ivonne Guzmán, psicóloga de UNPHU, instó a estar atentos a cualquier cambio de comportamiento en los jóvenes y adolescentes que sufrieron pérdidas familiares, siendo común en estos casos el aislamiento o la rebeldía. Espaillat resaltó la importancia de hablarle diariamente al niño sobre el ser querido que ha fallecido, para evitar futuras dificultades emocionales.
El país solo cuenta con 240 psiquiatras
Servicio. La psiquiatra Francis Báez informó que el país tiene únicamente 240 profesionales en su rama, para una población de unos 11 millones de habitantes.
De los 240 psiquiatras, alrededor de 188 prestan servicios en la red pública y el resto a nivel privado.
A pesar de la escasez de estos expertos en conducta humana, la especialista enfatizó que los hospitales de tercer nivel tienen personal especializado y espacios habilitados para la atención.
Asimismo, afirmó que en el país hay menos de 20 psiquiatras infantiles, destacando que hospitales pediátricos como el Hugo Mendoza y Robert Reid pueden brindar la asistencia que los niños necesitan.
Reconoció que a veces es difícil acceder a esos servicios debido a la alta demanda.
Agregar Comentario