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Los hermanos Liangel Gabriel y Gabriel Liangel Cruz, de 15 años, se abren camino en la natación pese a sus limitaciones visuales.
Liangel Gabriel y Gabriel Liangel Cruz — dos gemelos espigados “seismesinos” no videntes de 15 años, quienes llegaron a la natación para quedarse y hacer más atractiva la vida — están proyectados para brillar en el continente y darle al país medallas inéditas en un futuro cercano.
La fascinación de ambos por la natación comenzó hace unos diez años en la Escuela Nacional de Ciegos, donde estudiaban, pero paradójicamente a pesar de sus deseos de entrar a la alberca se lo impidieron por sus limitaciones congénitas.
“El tema de la natación empezó cuando teníamos cinco o seis años”, revela Liangel Gabriel. “En la escuela estaban dando clases de natación y nos interesó entrar a la piscina y aprender a nadar, pero por la condición visual que tenemos, o no sé si era porque no sabían cómo trabajar con nosotros, nos negaron la solicitud de entrar y no pudimos nadar en ese tiempo”.
Ante las respuestas negativas que habían recibido en otros lugares, Raquel Cruz, una madre soltera, se dirigió al Comité Paralímpico Dominicano (Copadom), donde su presidente Eladio Almonte le refirió a la persona ideal.
No obstante, ese deseo tuvo que esperar varias semanas más porque la entrenadora Ana María Peralta estaba con la selección dominicana en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021.
“Tráeme a los muchachos”, le dijo Ana María cuando retornó al país a Raquel, quien estaba consciente de lo beneficioso que resultaría para sus hijos, tanto mental como físicamente, un deporte tan completo como la natación.
Con el metabolismo en contra, una tendencia a engordar heredada de ella, tardó más de lo normal enseñarles a nadar por las pobres condiciones físicas que tenían cuando se presentaron al Complejo Acuático del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.
“Fue mucho el trabajo para poder encaminarlos en lo básico de una preparación, tanto física como en el agua”, explica Ana María, quien ha hecho cursos de natación paralímpica en México y Cuba.
Indica que el problema se acrecentó en los centros docentes porque los profesores de Educación Física, ante su falta de capacidad y tolerancia para trabajar con personas discapacitadas –o mejor, con capacidades diferentes, sobre todo ciegas– optan por dejarlos sentados, apartados de los que se están ejercitando.
“Lamentablemente no tuvieron un buen desarrollo en su niñez del trabajo físico motor, pero una cosa que ellos tienen a su favor es un deseo inmenso de ser grandes, de ser buenos en el deporte, lo cual les ha ayudado a avanzar más en el proceso”, resalta la presidenta del Club de Natación Fénix de Santo Domingo, donde también entrena a personas con discapacidades físicas y mentales.
“Los gemelos son una gran promesa y a nivel latinoamericano van a tener una buena posición”, vaticina sobre una cosecha que asegura comenzará a dar frutos desde mediados del ciclo olímpico 2028-2032.
Pronostica que Gabriel Liangel será un portento en las modalidades 100 metros libre y mariposa, mientras que Liangel Gabriel tendrá mayores posibilidades en los 100 metros libres.
Lo que inició de manera recreativa poco a poco se ha ido convirtiendo en competitiva, pero con resultados que van más allá de las preseas que se les proyectan.
“En el agua nos sentimos más confiados porque cuando no tenemos que estar cuidándonos para no caer en un hoyo, chocar con un poste, con los escalones o la gente cuando vamos subiendo escaleras”, expresa Liangel Gabriel.
“En términos más cortos, nos sentimos bien, felices, nos sentimos vivos, en libertad. De verdad que nos encanta estar en el agua”, enfatiza, a su vez, Gabriel Liangel, quien se inclina por la distancia de los mil metros “porque así puedo superar mis límites y entrenar más duro cada día”.
Tanto en las prácticas como en las competencias los entrenadores les tocan, a manera de aviso, con un bastón, cuando los atletas se van acercando a las paredes de las albercas.
Raquel , una cristiana militante, da gracias a Dios por haberle puesto en el camino a la entrenadora Ana María, quien ha sido clave en la mejoría en todos los sentidos que acusan sus vástagos.
“Ellos no tenían esa movilidad, esa independencia a pesar de que estaban en la Escuela Nacional de Ciegos. Gracias a Dios al llegar a las manos de Ana María las cosas han sido diferentes”, subraya la abnegada progenitora, una licenciada en Publicidad, profesión que no ha estado ejerciendo.
“Ellos eran muy tímidos. Si vemos un video de cuando ellos entraron a la natación al día de hoy, el cambio es del cielo a la tierra”.
La amaurosis congénita de Leber (LCA) es una enfermedad ocular hereditaria que causa ceguera o una visión muy pobre desde el nacimiento o en la primera infancia.
Grado académico
Los gemelos, quienes entrenan de cinco a ocho de la mañana en la alberca del Albergue Olímpico, cursan el segundo grado de secundaria en la Escuela José Rafael de la Rosa Hernández, que dirige Adriána de León.
Entrenada
Raquel Cruz fundó la Academia Deportiva Volleyball Para Cristo, donde enseña a jugar a niños, adolescentes y jóvenes. La misma incluye la modalidad de voleibol sentado para personas con discapacidad motriz. Es entrenadora internacional Nivel I y II certificada por la FIVB y FEDOVOLI.
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