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Trump ya se ha entrevistado con otros mandatarios latinoamericanos, pero Bukele será el primero en ser recibido en la Casa Blanca.
Los presidentes de EE.UU. y El Salvador, Donald Trump y Nayib Bukele, se encontrarán este lunes en Washington, enfocados en acuerdos sobre inmigración entre ambos gobiernos y la posibilidad de que el país centroamericano reciba de vuelta a Kilmar Ábrego García, salvadoreño cuya deportación por error reconoció Washington en una operación controversial.
Desde que regresó a la presidencia en enero pasado, Trump ya se reunió con otros jefes de Estado de América Latina, pero Bukele será el primero al que recibirá, no en su propiedad privada de Mar-a-Lago (Florida), sino en la Casa Blanca, lo que resalta la buena relación entre ambos y el lugar que ocupa el ex publicista en la agenda del neoyorquino.
La oficina presidencial estadounidense anticipó que, durante el encuentro que sostendrán en la visita de trabajo de Bukele a EE.UU., dialogarán sobre la colaboración salvadoreña en materia de inmigración.
Después de firmar un acuerdo que implica una inversión de seis millones de dólares por parte de Washington, del cual se desconocen muchos detalles, El Salvador ha permitido el uso de su prisión de máxima seguridad, el Centro de Confinamiento para el Terroristo (Cecot), para alojar a presuntos miembros de las pandillas Tren de Aragua (TdA) y MS-13, expulsados de EE.UU.
Justamente hoy, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció en un mensaje en la red social X que «anoche (por el sábado) otros 10 delincuentes de las organizaciones terroristas extranjeras MS-13 y Tren de Aragua llegaron a El Salvador».
«La alianza entre el presidente de los EE.UU. y el presidente Nayib Bukele se ha convertido en un ejemplo de seguridad y prosperidad en nuestro hemisferio», agrega el breve mensaje.
En el contexto de la gran ofensiva migratoria de Trump, Washington ha declarado que TdA está invadiendo su territorio y ha recurrido a una norma de 1798, la ley de Enemigos Extranjeros, para agilizar los procesos de deportación de supuestos miembros de la organización criminal, lo cual los expertos consideran incapaz de llevar a cabo semejante asedio sobre la primera potencia mundial.
Esa fue la ley que su Administración utilizó en un polémico operativo el 15 de marzo, en el que envió al Cecot a 238 venezolanos y 23 salvadoreños (entre ellos Ábrego García), a quienes acusó, sin presentar pruebas, de ser pandilleros.
Posteriormente, y en medio de procesos judiciales que ya han involucrado al Supremo y que aún continúan, las autoridades migratorias estadounidenses admitieron haber deportado por error a Ábrego García, residente en Maryland, casado con una ciudadana estadounidense y cuya devolución a su país un juez había prohibido.
El pasado jueves, el Tribunal Supremo ordenó garantizar su retorno al Gobierno Federal, que ha precisado sus limitaciones en este asunto al no estar ya Ábrego García bajo su custodia.
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