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“Estamos dedicados a brindar apoyo a nuestras pacientes en este momento de aflicción. Nos sentimos consternados por lo ocurrido y expresamos nuestras disculpas a todos los implicados”, señaló el grupo Monash en un comunicado enviado a EFE este viernes, al cual pertenece el centro, solicitando “privacidad” para las familias afectadas.
Según el relato proporcionado por la compañía, una de las más importantes en este sector en Australia, el personal detectó el “error” en febrero cuando los padres de nacimiento, registrados en Brisbane, solicitaron la transferencia de sus embriones restantes a otra clínica.
Al hacer el recuento de los embriones, el personal de la clínica se percató de que había un embrión adicional.
“La investigación confirmó que un embrión de un paciente diferente fue descongelado por error y transferido a los padres de nacimiento, lo que resultó en el nacimiento de un niño”, indica Monash, destacando que “fue el resultado de un error humano”, sin ofrecer más detalles.
“Desde que nos dimos cuenta de este incidente, hemos realizado auditorías adicionales y estamos seguros de que se trata de un suceso aislado”, señala en el texto el director ejecutivo de Monash, Michael Knaap, anunciando también la puesta en marcha de una investigación independiente.
Al conocer la confusión, la clínica informó a las familias afectadas y a las autoridades reguladoras pertinentes.
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“Incidentes como este demandan los más altos estándares de transparencia, protegiendo al mismo tiempo la privacidad del paciente, junto con una investigación rigurosa y un compromiso sectorial con el aprendizaje y la mejora. La confianza que los pacientes depositan en nuestra profesión es algo sagrado”, indica la Sociedad de Fertilidad de Australia y Nueva Zelanda.
No es la primera vez que el grupo Monash se ve envuelto en un escándalo.
El año pasado, Monash acordó pagar 56 millones de dólares australianos (35 millones de dólares estadounidenses o 31 millones de euros) distribuidos entre unos 700 antiguos pacientes tras admitir haber destruido embriones aptos en un programa de cribado genético.
En esa ocasión, unas pruebas incorrectas determinaron que aproximadamente el 35 % de los embriones, que en realidad eran normales y podrían haber dado lugar a un embarazo viable, resultaron ser anormales y fueron destruidos.
Un análisis de mercado de la consultora IBIS World estimó que en 2024 la industria de la fertilización ‘in vitro’ en Australia, dominada por los grupos Virtus Health, Monash y Genea, generaría unos 515 millones de dólares (455 millones de euros).
Según un informe de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en 2021 nacieron 20.690 bebés mediante fertilización ‘in vitro’ en Australia y Nueva Zelanda.
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