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La patología en edificaciones es el estudio de los problemas que surgen en las construcciones o en algunos de sus elementos, afectando su funcionalidad. Estos surgen por modificaciones en las condiciones de las estructuras. Pueden manifestarse durante la construcción o con el paso de los años.
El 8 de mayo de 2025 se cumplió un mes de la tragedia del colapso repentino del techo de la Discoteca Jet Set.
Esta desgracia debería impulsar a las autoridades y al sector privado a unirse para establecer las bases del estudio de las patologías en edificaciones, en lugar de solo realizar estudios de vulnerabilidad y resistividad eléctrica cuando se detecten problemas en las construcciones.
Mediante el estudio de las patologías en edificaciones, se pueden detectar afecciones del hormigón, tales como carbonatación, sulfatación y la presencia de cloruros.
La carbonatación del hormigón se produce por la difusión del dióxido de carbono (CO2) atmosférico a través de los poros del hormigón, reaccionando con el hidróxido de calcio del hormigón y reduciendo su alcalinidad.
En la corrosión por carbonatación, la variación del pH entre el hormigón carbonatado y el que no lo está actúa como ánodo y cátodo. El pH que protege las armaduras es superior a 12, pero si desciende por debajo de 9 en contacto con ellas, se pierde la protección contra la corrosión en esa área.
Cabe destacar que el acero embebido en el hormigón está protegido contra la corrosión por pasivación, que se basa en la alcalinidad del hormigón, dada la presencia de una solución saturada de cal, producto principal de la hidratación del cemento. La alcalinidad impide la disolución del acero, evitando la corrosión de las armaduras.
La sulfatación se genera por la reacción del hormigón con sustancias ácidas del entorno, como el SO2 (anhídrido sulfuroso).
En el caso de la discoteca Jet Set, la presencia de cloruros representa una situación agresiva, aumentando los casos de corrosión, debido a su ubicación cercana al Mar Caribe. El ambiente marino implica que los cloruros están suspendidos en gotitas de humedad del aire. Así, los cloruros pueden penetrar más rápidamente en el hormigón mediante capilaridad, común en ambientes con neblina salina.
Sin embargo, dado que el CO2 es el más abundante, la carbonatación es la que tiene mayor impacto en el hormigón, afectando la reducción de la alcalinidad.
La presencia de carbonatación en el hormigón se puede medir “in situ” mediante la adición de fenolftaleína, que se vuelve incolora en la zona carbonatada y toma un color rojo-púrpura en la zona alcalina. Si el pH del hormigón es inferior a 8, es incolora, y entre 12 y 13, es rojo-púrpura.
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