Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Es imperativo tomar acciones para abordar el desempleo en República Dominicana. Un alto porcentaje de personas ni trabajan, ni estudian, ni se desenvuelven en la economía informal.
Donde los bajos salarios operan a sus anchas, y peor aún, se estanca la generación de empleos, se incuban serios problemas sociales. En la era de la informática, se exige trabajo de calidad, pero no se retribuye como corresponde.
Es esencial que el sector privado y el oficial colaboren para generar y proteger empleos con una remuneración digna.
Recientemente, entró en vigor un nuevo salario mínimo, fraccionado en dos partes, una ya activa y la otra que se implementará el próximo año.
Los empleos generados en el sector público suelen estar influenciados por el partidismo. Es muy difícil que alguien ajeno al partido gobernante obtenga un puesto en el gobierno.
Estos empleos son inestables y, ante cualquier cambio de altos funcionarios, se producen despidos. Sería deseable que en los cargos medios y de menor rango se instaurara una política de apoliticismo, donde el acceso al puesto se base en la competencia, y no en la lealtad al partido en el poder.
Tanto el sector privado como los representantes del gobierno deben unirse y hallar soluciones de beneficio colectivo para mitigar el preocupante desempleo que afecta al país. Cada día hay más jóvenes que buscan su primer empleo y no lo encuentran.
Se debe buscar la dominicanización de las industrias de la construcción y la agropecuaria. Con buenos salarios e incentivos, los dominicanos se sentirían motivados a ofrecer su fuerza laboral en estas áreas.
Sin embargo, es necesario avanzar en la mejora de las tarifas, el seguro médico, la cesantía y el respeto a las necesidades de los obreros no especializados.
La falta de oportunidades laborales es uno de los principales factores que impulsan a una parte de la juventud a la violencia y a integrarse en pandillas, en lugar de buscar su bienestar mediante el trabajo honesto.
Es momento de aplicar nuevas estrategias y ser conscientes de que la paz social implica sacrificios, una carga que debe ser compartida entre todos los dominicanos.
Manuel Hernández Villeta
Agregar Comentario