Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Por el Comité Editorial, Subcomisión de nutrición GADECCU/@gadeccu
En la base de la pirámide se resalta la relevancia de:
Estos fundamentos acompañan la elección de alimentos y favorecen el bienestar general del paciente.
Por otro lado, se deben evitar los alimentos ultraprocesados, bebidas azucaradas, fiambres, embutidos, carnes rojas más de una vez por semana y alcohol. El consumo de dulces, productos de panadería industrial y aderezos con aditivos también debe restringirse.
La adaptación dietética varía según la fase clínica. En periodos de enfermedad activa se aconseja consumir frutas peladas y cocidas, evitar frutos secos enteros y desecados, y optar por verduras cocidas o en puré, sin pieles, tallos ni semillas. Las legumbres deben consumirse en forma de puré o harinas para facilitar la digestión. En pacientes con estenosis o ileostomía, se priorizan frutas y verduras cocidas y en puré, evitando igualmente pieles y semillas.
Se subraya que estas indicaciones deben ser personalizadas con la asistencia de un profesional especializado en nutrición, teniendo en cuenta la etapa de la enfermedad, el estado nutricional y la tolerancia individual. Una alimentación adaptada no solo mejora el pronóstico clínico, sino que aporta significativamente a la calidad de vida de quienes conviven con la EII. Esta columna fue gracias al Grupo Argentino de Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GADECCU) y es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim y secretaria@gadeccu.org.ar/@gadeccu
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