Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Los Ángeles. – A pesar de que los recientes resultados económicos de The Walt Disney Company muestran una mejora, con un aumento del 5% en beneficios y el anuncio de que su división de streaming ha logrado la rentabilidad, una preocupación silenciosa se acentúa dentro del gigante del entretenimiento: los niños ya no demuestran interés en Disney.
Este fenómeno, debatido durante meses en la industria, trasciende las cifras. La desaparición de Disney Channel en varios países, incluida España, es solo un indicio de una creciente desconexión con su audiencia tradicional. Según datos de Nielsen, el canal pasó de estar en el puesto 10 entre las cadenas más vistas en 2014, con cerca de 2 millones de espectadores diarios, al puesto 80 en 2023.
Aunque la empresa ha encontrado en los adultos nostálgicos una audiencia fiel, visible en parques temáticos y productos coleccionables, los niños siguen siendo fundamentales para el negocio. Sectores como merchandising, parques y cruceros representan aproximadamente un 37% de los ingresos de Disney, casi al mismo nivel que su división de entretenimiento y streaming (45%). Y aunque los parques están cada vez más frecuentados por adultos sin hijos, la renovación generacional del público es crucial.
Películas como ‘Thunderbolts’ reflejan esta tendencia: el 70% de su audiencia superaba los 25 años, lo cual indica el envejecimiento del público de franquicias como Marvel o Star Wars, impulsadas por la nostalgia pero desvinculadas del público infantil actual.
Uno de los factores que explican la pérdida de conexión con los niños es el cambio de hábitos de consumo. Plataformas como YouTube se han convertido en el espacio predilecto para los más pequeños. De hecho, los niños de 2 a 11 años consumieron el año pasado tres veces más contenido en YouTube que en Disney+, según Nielsen.
Este tipo de contenido es optimizado por algoritmos en tiempo real para maximizar la atención infantil, empleando colores llamativos, narrativas sencillas y repeticiones calculadas. Canales como Cocomelon (196 millones de suscriptores), Kids Diana Show (134 millones) o Vlad and Niki (140 millones) lideran este fenómeno. En comparación, Disney+ sigue siendo una plataforma rígida, concebida para un consumo más tradicional.
Disney ha comenzado a responder con iniciativas concretas. Una de las más efectivas ha sido el impulso de ‘Bluey’, una producción australiana que ha batido récords en Disney+ y que en 2024 se convirtió en la serie de streaming más vista del año. También se están lanzando nuevos contenidos específicamente diseñados para niños, como ‘Las Aventuras de los jóvenes Jedi’ o ‘Spidey y su superequipo’, junto a colaboraciones con franquicias populares como ‘Fortnite’, donde personajes de Star Wars han sido integrados para captar nuevas audiencias.
La transformación del ecosistema infantil exige a Disney reinventarse constantemente si quiere seguir siendo la marca de referencia para nuevas generaciones. La nostalgia mantiene a la compañía viva entre los adultos, pero sin conectar con los niños de hoy, el modelo se vuelve insostenible a largo plazo.
Mientras tanto, la batalla por captar su atención se libra en un terreno novedoso y ferozmente competitivo: el contenido corto, visualmente agresivo y gobernado por inteligencia artificial, donde Disney no es el líder, sino un competidor más.
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