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Santo Domingo.- Tres exmandatarios y el actual jefe de Estado reunidos en el Ministerio de Defensa; a su alrededor, los retratos de los Padres de la Patria y de la Guerra de la Restauración. El simbolismo del escenario habla por sí solo: la nación por encima de las discrepancias. Cuatro generaciones de líderes dominicanos, un motivo crucial y un gesto político que derriba rivalidades y une adversarios: la patria.
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No es usual que en República Dominicana los expresidentes se reúnan para debatir temas de interés nacional más allá de las reformas constitucionales. Por eso, el encuentro de este miércoles entre el presidente Luis Abinader, Danilo Medina, Leonel Fernández e Hipólito Mejía marca un hito en la historia política reciente del país.
Simbolismo del lenguaje no verbal
En las imágenes suministradas por la Presidencia, se observa a los cuatro líderes sentados en una sala formal, con Abinader en el centro como anfitrión. Cada uno transmite, mediante su postura corporal, un mensaje político implícito.
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El expresidente Hipólito Mejía, uno de los líderes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), aparece sentado de frente, inclinado ligeramente hacia adelante, con las manos juntas entre las piernas. Esta postura transmite una actitud de escucha activa y evaluación crítica. En la foto que se describe, la principal de esta nota, Mejía asume el rol de quien observa, pondera y permanece receptivo ante lo que se expone.
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A su izquierda, Leonel Fernández, presidente de la Fuerza del Pueblo, adopta una postura relajada: torso hacia atrás, una mano sobre el respaldo del sillón, la otra en el brazo del mueble, piernas abiertas orientadas hacia Danilo Medina. Su lenguaje corporal, en ese momento de la conversación, refleja confianza, dominio del escenario y liderazgo informal. No parece en actitud de confrontación, pero sí de influencia: escucha, pero también está listo para intervenir.
El presidente Luis Abinader (el oficialista PRM), por su parte, se muestra en una postura introspectiva, en ese punto del diálogo. Sentado hacia atrás, con la mano en la nuca, transmite evaluación, control y distancia reflexiva. El gesto de un líder que escucha con atención y pondera antes de decidir. En ese contraste, proyecta serenidad y liderazgo estratégico. Más introspectivo que defensivo, aunque sí sugiere un momento de pausa o reserva.
Frente a él, el expresidente Danilo Medina, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en ese momento, aparece inclinado hacia adelante, con el torso activo y las manos abiertas mientras gesticula. Esta postura revela involucramiento emocional e intención de persuadir o explicar. Danilo, según se observa en la imagen que se capturó en ese instante, asume un rol más activo en el diálogo, evidenciando que no solo escucha, sino que desea aportar desde su experiencia.
El contraste entre Abinader, sereno y receptivo, y Medina, expresivo y enfático, sugiere, en ese momento, una dinámica complementaria entre quien lidera la coyuntura actual y quien interviene desde la experiencia reciente.
Un gesto discreto, pero sumamente representativo es preciso resaltar, en las imágenes oficiales, tanto el presidente Luis Abinader como el expresidente Leonel Fernández lucen la bandera dominicana en el lado izquierdo del pecho. Este pequeño pero poderoso símbolo no es casual: ubicado sobre el corazón, transmite un mensaje de unidad, identidad nacional y compromiso con la patria.
Contexto
La reunión responde a la crisis de migración haitiana provocada por el colapso institucional del vecino país. El deterioro del orden público, el control de bandas armadas en zonas estratégicas de Puerto Príncipe y la fuga masiva de presos en cárceles haitianas durante los últimos meses, han elevado la tensión en la frontera y generado preocupación a nivel regional. La falta de control en el sistema penitenciario es apenas una muestra del colapso generalizado.
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El presidente Abinader, que ha llevado el tema a foros internacionales como la Asamblea General de la ONU, insiste en que la comunidad internacional ha sido tímida y tardía en su respuesta. El pasado lunes, durante su habitual conferencia “La Semanal”, volvió a felicitar al gobierno de Kenia por el despliegue de tropas para apoyar en el restablecimiento del orden en Haití.
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Abinader ha anunciado en el pasado hasta 15 medidas para fortalecer el control migratorio, entre ellas la construcción de una verja perimetral en la frontera, aumento de deportaciones y restricciones al acceso a servicios. Estas decisiones han sido criticadas por organizaciones como Amnistía Internacional, que las tildan de “discriminatorias”. No obstante, el mandatario ha respondido que esas organizaciones deben enfocar sus esfuerzos en resolver la crisis desde su origen.
La reunión no solo responde a una urgencia regional, sino que también envía un poderoso mensaje interno: que, cuando la patria lo exige, los líderes dominicanos pueden actuar más allá de sus diferencias partidarias.
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En tiempos donde el ruido político suele imponerse sobre el diálogo, esta foto, cuatro presidentes unidos en torno a un mismo tema, es, en sí misma, un acto de comunicación política y una señal de madurez democrática.
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