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El 3 de mayo de 1965 fue proclamado presidente Francisco Alberto Caamaño Deñó y el 4 asumió el cargo.
Los años transcurren, pero República Dominicana no olvida a Francisco Alberto Caamaño Deñó, presidente de la República y líder militar de la guerra de 1965, quien hace más de 50 años dejó esta tierra tras una vida dedicada a la patria dominicana, aunque aún no se han hallado rastros de sus restos.
Caamaño luchó hasta su muerte y el profesor Luis de León, líder de la Fuerza Boschista, afirmó que al hablar de la defensa de la soberanía y la Constitución, se debe recordar a Juan Pablo Duarte, Juan Bosch y también a Francisco Alberto Caamaño Deñó.
Además de líder militar, fue presidente constitucional por un corto tiempo, aunque de su presidencia la historia resalta pocos detalles, ya que siempre se destacó por ser un hombre luchador.
Fue proclamado presidente el 3 de mayo de 1965 y asumió el 4, juramentándose en el Altar de la Patria, pero su periodo presidencial duró solo 122 días, hasta el 3 de septiembre del mismo año.
Caamaño decidió dejar la presidencia para dedicarse a su verdadera pasión: defender la patria y enfrentar a las fuerzas estadounidenses que habían llegado al país. Antes de dejar el cargo, firmó el acta de reconciliación dominicana para finalizar los enfrentamientos militares.
Héctor García Godoy asumió la presidencia de República Dominicana, mientras que el coronel de abril continuó luchando por el país, aunque en ocasiones se dirigió a otras partes del mundo.
Para la llegada de Joaquín Balaguer a la presidencia, Caamaño no era del agrado de Balaguer y el 16 de febrero de 1973, tras desembarcar en Playa Caracoles y establecerse en Azua por unos días, fue fusilado.
Una lección de vida para el mundo
De León recordó que en 1965 República Dominicana le estaba dando una lección al mundo, una lección de dignidad, grandeza humana, defensa, integridad territorial, familia e institucionalidad dominicana.
Esas luchas en las que este coronel de abril, como también se le conoce, fue protagonista, son recuerdos que en países latinoamericanos, caribeños y de Europa se recuerdan en Santo Domingo en 1965.
Estas hazañas y la historia de Francisco Alberto Caamaño, para el líder de la Fuerza Boschista, deben ser recordadas.
Expresó que, ante los desacuerdos actuales de República Dominicana con Haití, hay que recordar la historia de Caamaño, quien en tiempos difíciles defendió con alta dignidad y valor, liderando la guerra, la Revolución de Abril, “y esa guerra, como dijo Caamaño al finalizar el 3 de septiembre de 1965 en la Fortaleza Ozama: “no hubiera vencidos ni vencedores””.
Los ideales de Caamaño están presentes en muchas familias dominicanas. Este líder político manifestó que esos ideales hay que revivirlos y reactivarlos, para mantener en alto el nombre de este gran militar, que dejó un legado de patriotismo, antiimperialismo y unidad en la defensa de la identidad nacional.
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