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Momento en que se destruye el Anillo del Pescador del papa Francisco, ya difunto. EFE
La Capilla Sixtina del Vaticano acoge desde hoy, miércoles, un cónclave en el que 133 cardenales, apartados del mundo exterior, buscarán al sucesor del papa Francisco, trazando así el rumbo de la Iglesia católica en los próximos años.
El desenlace de esta antigua y solemne ceremonia para designar a un nuevo pontífice siempre es incierto pero, como siempre, ya hay nombres que resuenan con más fuerza en los corrillos romanos.
Este será el cónclave más numeroso y diverso de la historia, con 133 electores procedentes de los lugares más remotos del mundo, resultado de los esfuerzos de Francisco por ‘descentralizar’ la Iglesia y reducir su tradicional influencia europea.
Los purpurados con derecho a voto, es decir, menores de 80 años, eran en realidad 135, pero dos de ellos renunciaron a viajar a Roma por problemas de salud: el español Antonio Cañizares y el keniano John Njue.
Todo el proceso deberá desarrollarse con el máximo secretismo, en medio de una enorme expectación mediática, y cada uno de los purpurados jurará, bajo pena de excomunión, no revelar nada de lo que suceda bajo las bóvedas y los frescos de la Capilla Sixtina.
El cónclave arrancará en la mañana de este miércoles con la misa ‘Pro Eligendo Pontefice’ a las 10.00 horas locales (8.00 GMT) en la basílica de San Pedro. Después, todos los cardenales se reunirán a las 16.15 (14.15 GMT) en la Capilla Paulina, en la primera planta del Palacio Apostólico, y desde allí, vestidos con sus hábitos rojos y blancos, procesionarán entonando las letanías y el canto ‘Vieni Creator’ hasta la Sixtina. La entrada a este lugar emblemático está programada para las 16.30 horas (14.30 GMT) y, en primer lugar, los purpurados deberán prestar juramento con la mano sobre el Evangelio. Y empieza el proceso.
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