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Informe de la Organización Meteorológica Mundial: la primavera toca a su fin

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Madrid, 28 de mayo de 2025.- Ante la primera ola de calor en España, la ciencia insiste en que el calentamiento global sigue su curso acelerado y ya no hay primavera.

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Madrid, 28 de mayo de 2025.- Ante la primera ola de calor en España, la ciencia insiste en que el calentamiento global sigue su curso acelerado y ya no hay primavera. Así lo constata el nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que señala que la última década es la más cálida desde que se tienen registros, que 2024 fue el año más caluroso y que 2025 va camino de superarlos a todos. Estos datos, sumados al reciente informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), muestran la gravedad de la tendencia de calentamiento del planeta, que sigue avanzando rápidamente debido a los récords de emisiones de efecto invernadero que se siguen alcanzando cada año.

Pedro Zorrilla, responsable de la Campaña de Cambio climático de Greenpeace, ha declarado: “España tiene una posición privilegiada para liderar a nivel mundial la transición ecológica pero, a pesar de la declaración oficial de emergencia climática en 2020, los datos conocidos hoy demuestran que hace falta mucha más ambición climática. Según datos de Greenpeace, necesitamos como mínimo multiplicar por tres la velocidad de reducción de emisiones. Aunque se han dado pasos positivos en los últimos años, especialmente para conseguir un sistema eléctrico renovable, tenemos que acelerar la acción climática a otra escala y hacerlo de forma justa para asegurar un sistema socioeconómico justo y beneficioso para las personas y el planeta”.

Para asumir esta ambición climática hacen falta recursos adicionales que existen, pero que están en el lugar equivocado: solo en 2023, España destinó 9.000 millones de euros a subvenciones a los combustibles fósiles que deben ser redirigidas a la transición ecológica justa. Mientras la ciudadanía sufre los peores impactos de la crisis climática, con temperaturas extremas, incendios incontrolables o desastres como la dana de Valencia; la industria fósil obtiene beneficios obscenos. Es el caso de Repsol, el mayor generador de cambio climático en España, que en 2024 superó los 5.000 millones de euros de beneficios.

“Es de justicia aprobar nuevos impuestos a la industria fósil para hacer frente a los costes de esta crisis climática que provocan con su actividad y para poder reducir emisiones y adaptarnos al nuevo clima que nos están imponiendo”, ha añadido Zorrilla.

Ante un panorama climático donde ya no hay primavera, Greenpeace insiste en la necesidad de adaptar los entornos urbanos para proteger a la población, especialmente a la más vulnerable. Las instituciones deben impulsar y facilitar medidas que lleguen hasta el ámbito local y conviertan los municipios en lugares seguros, saludables y justos. Las soluciones basadas en la naturaleza (como la regeneración de ecosistemas, los espacios verdes o las superficies permeables) que contribuyen tanto a la adaptación como a la mitigación, deben ser un eje central de estas políticas, al igual que las medidas sociales, fundamentales para romper la desigualdad en la vulnerabilidad a la emergencia climática. Otras acciones urgentes son conseguir ciudades de 15 minutos (aquellas donde todos los servicios esenciales se encuentran a esta distancia a pie o en bicicleta) y mejorar el aislamiento de los edificios empezando por los barrios y las familias más vulnerables.

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