Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Madrid (EFEverde)-. La tecnología puntera, el diseño exterior o las emisiones cero han hecho de los vehículos eléctricos un atractivo a nivel mundial. Pero, ¿qué tienen en su interior estos automóviles aparentemente sostenibles a nivel medioambiental?
Durante el año 2024 España vendió más de un millón de vehículos, de los cuales 115.932 son electrificables, una cifra que sitúa las ventas de esta opción automovilística en el 11,4% de la demanda nacional, un porcentaje todavía por debajo del objetivo de la Unión Europea, que establece que para 2035 todos los vehículos que se fabriquen con destino al espacio común deben producir cero emisiones.
El aumento de la demanda de baterías a nivel global agudiza el interés por el acceso a los recursos que permiten la electrificación. Entre todos ellos, se encuentran materiales críticos como el litio, el cobalto o el níquel, de los que están hechas las baterías que alimentan el motor de vehículos eléctricos. Por ejemplo, un Tesla cuenta en su interior y debajo del mismo, con 2400 módulos de estructura pesada, que permiten su movilidad.
Según los datos recogidos por ANFAC, en el año 2024 los dos modelos de vehículos eléctricos más vendidos fueron el Tesla Model 3 y Tesla Model Y, unos resultados que situaron a la empresa de Elon Musk en el número uno de marcas más vendidas en España, situación que empieza a cambiar tras la incursión en política de su fundador.
En cualquier caso estos automóviles eléctricos tienen un gran potencial para recuperar materiales críticos, que se encuentran en países como China o Rusia y desatan un interés geopolítico por su control, ya que pueden aportar alternativas para hacer frente a los retos de la transición energética. Sin embargo, su extracción genera impactos medioambientales, por lo que el reciclaje es clave para su reutilización y, de esta forma, poder favorecer a la economía circular.
Las baterías de los vehículos eléctricos están compuestas de materiales que se pueden recuperar a través de procesos que se investigan en laboratorios como el situado en el Centro de Investigaciones Metalúrgicas, una institución adscrita al CSIC. Su director, Félix Antonio López, es investigador científico en el proyecto RCMetals, donde han diseñado una tecnología que rescata estos metales críticos, y que ya está en funcionamiento.
López explica a EFEverde cómo se lleva a cabo el proceso en la planta piloto: “Es como hacer café. Por un lado está el café molido, y por el otro, el café diluido. El primero, como su nombre indica, consiste precisamente en triturar los módulos tanto como sea posible, para, a través de procesos físico químicos, separarlos”.
El investigador hace hincapié en que “ahí está el truco”, pues se trata de componentes ubicados tan abajo en la tabla periódica, que los hace raros y complejos y, por tanto, dificultan lograr un nivel alto de pureza.
La segunda manera es una especie de horno, explica el investigador: “Es el primero en Europa y el segundo en el mundo, después de Australia”. El proceso comienza a través de la introducción de módulos triturados a los que luego se añaden oxígeno, hidrógeno y otros elementos. Estos se mezclan con una lanza negra y, de esa metalurgia, sale un lingote, una “especie de bizcocho”, con trozos de oro, cobre y otros metales. Además, “detrás tenemos otra parte para la depuración de los gases presentes, en diferente medida, en estos aparatos electrónicos, porque estos tienen un impacto medioambiental”, apunta López.
Aunque desde el equipo del proyecto RCMetals se limitan a investigar y desarrollar procesos, empresas como Atlantic Copper o Ilumia están en proceso de implementar sus investigaciones para recuperar cobre y litio, respectivamente. López considera que la colaboración de las empresas es clave para que “lo que hacemos se pueda llevar a una realidad industrial”.
Por ello, el científico ve necesario no solo fomentar el ecodiseño que facilite la separación de las partes, sino también impulsar esta tecnología de minería urbana, lo que López explica como “desarrollar una ciudad sostenible que aproveche todo lo que se tira”.
En ese sentido, y con el gran volumen de vehículos eléctricos que España ya tiene, el científico considera que “estas tecnologías de aprovechamiento y reciclado tienen mucho sentido, ya que todo lo que recuperamos son recursos naturales finitos y que se van a acabar”, por lo que “parece lógico que antes de volver a hacer más excavaciones, prestemos atención a lo que ya hemos fabricado”, concluye López. EFEverde
msr-vlp/al
Cada 17 de mayo, desde 2005, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) celebra el Día Mundial del Reciclaje.
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