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La Torre de Londres se adorna con amapolas para conmemorar el 80 aniversario de la II Guerra Mundial

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Y la reina parecía estar encantada con la obra, disfrutó plantando la amapola y fue un honor recibirla aquí", concluye Goddard.

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La icónica Torre de Londres se engalanó esta semana con 30,000 amapolas de cerámica como parte de una exposición para conmemorar el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial que permanecerá hasta el próximo noviembre.Esta nueva creación artística devuelve al monumento, 11 años después, una parte de las flores utilizadas en la instalación ‘La sangre llena de rojo las tierras y los mares’ del artista Paul Cummins en 2014, con motivo del centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial.

La exhibición original contó con 888,246 amapolas, una por cada baja militar en la guerra, transformando en un mar rojo los fosos exteriores de la fortaleza londinense, atrayendo a más de 5 millones de visitantes.

La actual, a cargo del diseñador Tom Piper y con la colaboración de Cummins, toma el testigo con un nuevo concepto y ubicación, pero manteniendo el simbolismo de las amapolas, cedidas por el Imperial War Museum, como homenaje a los caídos en el conflicto.

Se puede visitar desde esta semana, coincidiendo con el Día de la Victoria en Europa (VE Day) que marca el 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial este 8 de mayo, y hasta el 11 de noviembre, cuando se celebra el denominado ‘Domingo del Recuerdo’ (Remembrance Sunday).

Rhiannon Goddard, directora de proyectos de participación pública en Historic Royal Palaces, empresa encargada de la gestión de la Torre de Londres, explica a EFE que la obra “refleja las heridas de la guerra y crea una explosión en el corazón de la torre, cerca de donde cayeron algunas de las bombas durante la Segunda Guerra Mundial”.

En ese sentido, comenta que la efeméride es “conmovedora” ya que, tras 80 años, quedan cada vez menos veteranos de la guerra que pueden compartir sus experiencias y es una oportunidad única para poner en valor estas historias individuales y hacer que los visitantes reflexionen sobre ellas.

Las 30,000 amapolas se encuentran dentro de los muros de la fortaleza y alrededor de la denominada Torre Blanca, la parte más antigua del complejo, con dos puntos clave: un cráter que representa una explosión de bomba y una cascada que cae por la fachada de la torre y se desliza por una de las laderas como si el edificio sangrase.

Goddard asegura que llevar a cabo la instalación ha supuesto una gran “obra de ingeniería”, dada la antigüedad de más de mil años de la Torre Blanca, de estilo normando, y los restos arqueológicos presentes en la zona.

“Tuvimos que ser muy cuidadosos con dónde poníamos las amapolas y cómo diseñábamos todas las estructuras para causar el mínimo impacto posible, o ninguno, en la zona arqueológica”, recuerda la directora de proyectos de participación pública.

“Contamos con ingenieros estructurales trabajando con nosotros para asegurarnos de que podíamos hacerlo sin dejar marcas ni anclajes en el edificio”, añade.

Las decenas de miles de flores de cerámica fueron colocadas con la ayuda de voluntarios y de varias asociaciones de Londres, pero la responsabilidad de ‘plantar’ la número 30,000 recayó en la reina Camila y en el joven Harrison Machim, de 5 años, el pasado martes.

“Para mí, simboliza algo así como pasar esa memoria y reflexión sobre la Segunda Guerra Mundial a la próxima generación. Y la reina parecía estar encantada con la obra, disfrutó plantando la amapola y fue un honor recibirla aquí”, concluye Goddard.

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