Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
Ayer, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) inauguró el primer Congreso Internacional de la Escuela de Bioanálisis, un evento que congregó a profesionales de la salud de Latinoamérica, centrado en el impacto de la inteligencia artificial (IA) en la gestión y el funcionamiento de los laboratorios clínicos.
En su discurso inaugural, el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UASD, Mario Uffre, resaltó la importancia de las nuevas tecnologías para el progreso del sistema sanitario, las cuales, a su juicio, han transformado las prácticas convencionales.
Uffre destacó los notables progresos que ha traído la inteligencia artificial, como la automatización de procesos, una mayor precisión en los diagnósticos, la reducción de errores humanos, y su capacidad para detectar patrones en las pruebas en un tiempo sin precedentes.
“Esto no solo mejora la eficiencia, sino que salva vidas”, afirmó.
Sin embargo, también puntualizó algunos desafíos que acompañan estos avances, entre ellos, la adaptación al cambio y asegurar que la tecnología se use para complementar y potenciar el trabajo, sin deshumanizar la atención.
En el congreso también participó el doctor argentino Juan Pablo Grammatica, con una conferencia titulada “Liderazgo e Inteligencia Artificial en los Servicios de Salud”, donde abordó los desafíos éticos y estratégicos que implica la implementación de las nuevas tecnologías.
En ese sentido, resaltó una de las principales limitaciones de la IA en Latinoamérica: los datos con los que se entrenan muchos de estos sistemas provienen de realidades culturales, económicas y sociales diferentes, es decir, que su información no se basa en la realidad latinoamericana.
Ante esta situación, sugirió a las universidades y organizaciones profesionales registrar sus realidades en una base de datos para que la IA pueda nutrirse de ella y tenerla en cuenta.
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