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Las flores se ven mustias a un mes de la noche en que la muerte danzó en Jet Set

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Con su celular captó cada momento: saludos, bailes, la llegada del merenguero Rubby Pérez al escenario, los abrazos, el bizcocho.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

SANTO DOMINGO.- Se acerca el primer mes de la tragedia del Jet Set, donde al derrumbarse por completo el techo de hormigón fallecieron 233 personas y más de 200 resultaron heridas, y ya se observan marchitas las flores que transformaron el frente de la popular discoteca en un altar que asemeja una tumba colectiva.

Las flores marchitas recuerdan que el tiempo transcurre, pero las fotos de las víctimas ponen rostro a cada historia y en ellas se refleja cada familia y amigo de quienes murieron, los que lograron sobrevivir y los que quedarán con lesiones permanentes.

Se estima que unos 150 niños quedaron huérfanos y que más de un millar de familias fueron afectadas cuando en la madrugada del día ocho de abril se desató un infierno que aplastó la fiesta que tenía a Rubby Pérez como artista y dejó 233 vidas bajo los escombros.

Se han reducido las visitas a las ruinas de lo que fue una de las discotecas más populares del país y escenario de la mayor tragedia. El luto ya no se pasea por la avenida Independencia, pues ahora se posa en los hogares de las familias de las víctimas de lo que fue su noche más larga y oscura.

Las fotos bordean las cuatro paredes que quedaron en pie e impiden ver la parte interna de la discoteca, donde esa trágica noche llegó la oscuridad para que la muerte se paseara entre los escombros y arrebatara sueños, esperanzas, sacrificios, planes.

En definitiva, para que 233 personas vieran el rostro de la Parca que se extasiaba ante la mayor tragedia en la historia de República Dominicana, ocurrida por razones no naturales.

Relato en Informe Alicia

Se han divulgado muchas imágenes de los momentos previos e inmediatamente después del desplome del techo, pero el programa de televisión “El Informe con Alicia Ortega” sorprendió a su audiencia mostrando el video grabado de manera accidental por una de las sobrevivientes que quedó bajo los escombros y que milagrosamente logró sobrevivir.

Ella misma, Patricia Ovalles, desconocía que tenía esas imágenes hasta hace poco, cuando le fueron entregadas sus pertenencias y entre ellas se salvaron esas imágenes junto con las muchas otras que tomó en la fiesta, divirtiéndose con su compueblano Rubby Pérez y el grupo de amigos que conformaban lo que ellos llamaban “Haineros Dorados”.

Patricia Ovalle de Berroa, dominicana residente en Nueva York, había llegado al país apenas un día antes para asistir a la fiesta de cumpleaños de su amiga Milagros Guillén. “Era una noche linda”, recuerda con voz entrecortada. “Todos estaban muy alegres, nos abrazábamos, nos tomábamos fotos. Nadie sabía lo que venía”, relata en una entrevista concedida a la periodista Jessica Hasbún para el citado programa.

Patricia era la fotógrafa informal del grupo de amigos conocidos como “Los Haineros Dorados”, oriundos del municipio de Haina. Con su celular captó cada momento: saludos, bailes, la llegada del merenguero Rubby Pérez al escenario, los abrazos, el bizcocho. También registró algo más: la secuencia previa al colapso del techo de la discoteca y el instante preciso del derrumbe.

Los videos muestran lo que en su momento parecía solo un detalle molesto: filtraciones de agua que caían desde el techo sobre la pista de baile. “Mayra, una amiga, se acercó a advertirnos: está cayendo mucha agua allá afuera”, cuenta Patricia. Poco después, una lona empapada colgaba del techo y el agua seguía cayendo.

Minutos antes de la tragedia, Rubby Pérez, entre saludos y canciones, dedicó unas palabras a los presentes. Celebraba la vida, el reencuentro y recordaba sus años de juventud.

A las 12:43 de la madrugada, el teléfono de Patricia, que seguía grabando, captó el momento exacto del colapso.

“¡Ay Dios mío!”, se escucha entre los gritos desesperados. “¡Nos vamos a morir!”. Patricia, sin saberlo, había registrado los últimos segundos antes del derrumbe y los tres minutos y medio posteriores: los alaridos, el caos, la oscuridad.

Relata que a pesar de estar atrapada bajo toneladas de hormigón, Patricia no perdió el conocimiento. Tenía heridas graves, su cráneo estaba abierto y uno de sus pies aprisionado por el cuerpo sin vida de su amiga Isabel. “Le pedí al rescatista que la sacara a ella primero. Él me dijo: ‘Pero tú estás viva y ella no’. Y yo le dije: ‘No importa, sácala a ella'”.

Patricia cuenta que durante casi siete horas golpeó los escombros con una piedra y luego con su anillo de matrimonio para hacer ruido.

A través de una pequeña rendija de luz, logró ver su celular y, tras limpiar con tierra la pantalla, logró desbloquearlo con la huella. Llamó a su esposo en Nueva York y le dijo: “Cuida de nuestro hijo. No sé si saldré de aquí”.

La operación de rescate

Procedimiento. Los rescatistas, al escuchar que había una persona con vida, suspendieron el uso de grúas para evitar más daños. “Quitaban los escombros con la mano. Me metieron oxígeno y me decían que no perdiera la esperanza”, relata.

Finalmente, lograron sacarla. Su tobillo estaba dislocado, tenía heridas profundas en la cabeza, fracturas en la cadera y los muslos. Fue llevada de urgencia a la Clínica Independencia, donde fue intervenida quirúrgicamente. Aún se recupera en su hogar, entre terapias y cicatrices que no solo son físicas.

“Dios me dio otra oportunidad. Perdí a muchas personas queridas, pero sé que tengo una misión. Esta es una nueva vida para mí”, afirma Patricia.

Los productores del programa “El Informe” decidieron, por respeto a las víctimas y familiares, no reproducir muchas de las expresiones grabadas por el celular proveniente de personas atrapadas, muchas de las cuales fallecieron.

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