Salud

Más mujeres consumen alcohol: motivos, peligros y cómo combatirlo

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El consumo de alcohol está impactando de manera creciente la salud femenina, con un aumento preocupante en las muertes asociadas al alcohol.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

El consumo de alcohol está impactando de manera creciente la salud femenina, con un aumento preocupante en las muertes asociadas al alcohol. Según un informe de National Geographic, las muertes en mujeres han subido un 35% frente a un alza del 27% en hombres. Este fenómeno se atribuye, en parte, a que las mujeres están bebiendo alcohol casi con la misma frecuencia que los hombres. Un estudio gubernamental reciente en Estados Unidos reveló que el 45% de las mujeres consumieron alcohol en el último mes, en comparación con el 50% de los hombres. Este cambio en los patrones de consumo está teniendo consecuencias graves para la salud femenina.

El incremento en el consumo de alcohol entre las mujeres no se limita a un solo grupo demográfico. Según National Geographic, las mujeres blancas son la mayor proporción de consumidoras de alcohol, pero también se ha observado un aumento en el consumo entre mujeres jóvenes y de mediana edad de raza negra, así como entre mujeres latinas jóvenes que emigran a Estados Unidos y adoptan la cultura permisiva del país respecto al consumo de alcohol. Además, muchas mujeres jóvenes están retrasando la maternidad, una etapa de la vida que suele estar asociada a una reducción en el consumo de alcohol.

El impacto del alcohol en el cuerpo femenino es más severo que en el masculino. Las mujeres son más susceptibles a los efectos negativos del alcohol, incluso cuando consumen la misma cantidad que los hombres. Esto se debe a diferencias en la composición corporal y en la forma en que el cuerpo metaboliza el alcohol. National Geographic explica que las mujeres tienen más tejido graso y menos agua en el cuerpo, lo que se traduce en una concentración de alcohol en sangre más alta y prolongada. Asimismo, las mujeres tienen menos enzimas que metabolizan el alcohol, y las fluctuaciones hormonales también influyen en la rapidez con que el alcohol se descompone.

El consumo de alcohol está vinculado a una serie de problemas de salud en las mujeres, incluyendo un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y aneurismas. La Organización Mundial de la Salud ha declarado que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol para la salud. Además, el alcohol puede aumentar el riesgo de cáncer de mama, problemas de fertilidad y menopausia precoz. Las mujeres que beben durante el embarazo también ponen en riesgo a sus hijos de desarrollar problemas físicos, mentales y de comportamiento.

El HuffPost destaca que el consumo excesivo de alcohol también está relacionado con el deterioro cognitivo. Un estudio reciente publicado en la revista Neurology halló que consumir ocho o más bebidas a la semana aumenta el riesgo de lesiones cerebrales que pueden llevar a la demencia. Incluso aquellos que consumen hasta siete bebidas a la semana afrontan un riesgo significativo. El estudio también reveló que los bebedores empedernidos y los exbebedores empedernidos tienen más probabilidades de desarrollar enredos neurofibrilares, estructuras proteicas en el cerebro asociadas con la demencia y la enfermedad de Alzheimer.

A pesar de estos riesgos, muchas mujeres no buscan ayuda para el trastorno por consumo de alcohol. Según National Geographic, solo el 4% de las mujeres son diagnosticadas anualmente, en comparación con el 7% de los hombres. Una de las razones puede ser que las mujeres no siempre son conscientes de cuánto están bebiendo.

Una porción oficial de vino es de solo 150 mililitros (5 onzas), pero las copas grandes actuales a menudo contienen más de 300 mililitros (10 onzas). Las pautas federales recomiendan que las mujeres no consuman más de una porción al día.

Para aquellas que buscan reducir su consumo de alcohol, existen alternativas. National Geographic sugiere sustituir el alcohol en situaciones sociales con agua con gas, refrescos o cócteles sin alcohol. También es útil informar a amigos y familiares sobre la decisión de dejar de beber.

Para quienes dependen del alcohol para gestionar el estrés, hablar con un médico de cabecera puede ser un primer paso importante. Un médico puede recomendar ver a un terapeuta para aprender técnicas alternativas de manejo del estrés o unirse a un grupo de apoyo como Alcohólicos Anónimos.

Además, hay tratamientos novedosos en el horizonte. El uso de la droga psicodélica psilocibina, junto con la psicoterapia, ha demostrado reducir significativamente los días de consumo excesivo en personas con trastorno por consumo de alcohol. También se está investigando el uso del medicamento para la pérdida de peso semaglutida para reducir el deseo de beber.

Una empresaria y bloguera de 37 años, logró dejar el alcohol por su cuenta y ha experimentado mejoras significativas en su salud física y mental. Su insomnio ha desaparecido, su piel está más clara y su vida laboral ha mejorado gracias a la claridad y el enfoque que atribuye a no beber. “El alcohol suprimía mi creatividad y contribuía a creencias limitantes que ya no tengo”, afirma.

Dejar el alcohol no solo ha mejorado su calidad de vida, sino que, como muestra la investigación, podría estar salvando su vida.

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