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Monseñor Vallejo Balda vuelve a escena tras años de mutismo, clamando por “un Papa Santo” – InfoVaticana

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Tras años de discreción, después de uno de los episodios más vergonzosos del pontificado de Francisco, Monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda ha roto su silencio.

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Ha vuelto a la escena. Tras años de discreción, después de uno de los episodios más vergonzosos del pontificado de Francisco, Monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda ha roto su silencio. Lo ha hecho con un artículo en El Debate titulado “Necesitamos un Papa Santo”, publicado este 3 de mayo, en pleno contexto de Sede Vacante y a las puertas de un cónclave crucial.

Vallejo Balda, recordemos, fue secretario de la extinta Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede y protagonista involuntario del escándalo Vatileaks 2, que terminó con él condenado por un tribunal vaticano y dos años en prisión preventiva dentro del propio Estado pontificio. Un proceso que levantó serias críticas por vulneraciones procesales, incluida la denegación de garantías básicas del derecho penal. Desde entonces, poco o nada se había sabido de él. Hasta hoy.

En su artículo, Monseñor Vallejo se aparta de toda referencia personal y se centra en una reflexión espiritual sobre el momento actual de la Iglesia. Señala que “son días de confusión, de mucho ruido mediático” y que “todos somos conscientes de que estamos en una encrucijada de la historia de la humanidad y de la Iglesia católica”. Frente al mar de especulaciones sobre candidatos — “que si progresista, que si conservador; que si italiano, que si de las periferias” — reclama elevar la mirada y dejar de lado “criterios muy humanos -demasiado- y, por eso mismo, muy poco sobrenaturales”.

Vallejo subraya que conseguir los 90 votos necesarios para la elección papal no será fácil, y aventura que ninguno de los papables más mencionados llegará a esas cifras, por lo que se buscará un candidato de consenso, “si es por aclamación, mucho mejor”. Recuerda que en el siglo XX ya ocurrieron elecciones de consenso con San Pío X y San Juan Pablo II, dos Papas que, según él, demuestran que “al Espíritu Santo le gustan estos criterios”.

El sacerdote español expresa su confianza en que entre los cardenales “hay santos -en camino, como todos-; hombres que se han tomado en serio su fe y que la viven; quizás más de los que pensamos”. E insiste en que no se debe buscar un Papa que agrade al mundo, sino aquel que Dios ha elegido: “Hay veces que somos tan tontos que preferimos a Barrabás, aplaudimos como focas y despreciamos al Hijo de Dios”.

El artículo concluye con una súplica: “Necesitamos un Papa Santo, la Iglesia lo necesita, el mundo lo necesita y debemos rogar sin descanso para que Dios nos lo conceda, aunque no lo merezcamos”. Y, dirigiéndose a la Virgen, implora: “¡Danos un Papa Santo!”.

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