Salud

Nuestras serias deficiencias en políticas para personas mayores

8675080791.png
El nivel de dependencia de las personas mayores es alto, y se complica aún más con problemas de movilidad reducida, demencia senil, Alzheimer, o enfermedades que requieren atención constante.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Lo que enfrenta a diario un cuidador de personas mayores es cada vez más complejo, especialmente en este país, donde la asistencia social efectiva es deficiente, dependiendo solo de la buena voluntad familiar. En las zonas urbanas, el servicio doméstico estable y los pagos por cuidados a ancianos son cada vez más escasos, lo que impulsa el desarrollo de empresas formales que ofrecen estos servicios a un costo elevado.

El nivel de dependencia de las personas mayores es alto, y se complica aún más con problemas de movilidad reducida, demencia senil, Alzheimer, o enfermedades que requieren atención constante. Hay situaciones donde el anciano necesita ayuda para sus funciones básicas: alimentarse, bañarse, vestirse, hacer sus necesidades, tomar medicamentos, etc. Esto crea una situación prácticamente esclavizante para los cuidadores, impidiéndoles viajar, salir o trabajar fuera de casa sin soluciones previas costosas, complicadas y, en ocasiones, imposibles.

En países desarrollados (Suecia, Dinamarca, Noruega, Alemania, Países Bajos, Japón, Francia, Australia, etc.), aunque se pagan impuestos altos, la ciudadanía recibe un retorno significativo: buenas pensiones, programas de vivienda, servicios de asistencia domiciliaria, entre otros, adaptados a la realidad de cada anciano, incluso con incentivos y salarios para quienes asumen esta noble responsabilidad.

Nos encontramos en la paradoja de que la esperanza de vida aumenta, y con ello las necesidades de cuidado a ancianos también, pero las pocas instituciones públicas relacionadas, como el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente (CONAPE), no ofrecen un servicio que cubra una parte importante de estas demandas, ni tampoco un plan futuro.

Además, las aseguradoras pueden cobrar miles anualmente y luego desampararte cuando más las necesitas, y el gobierno tampoco interviene a favor de los usuarios.

Lamentablemente, no tenemos el proceso de empadronamiento a través de las alcaldías como en otros países. A pesar de que la Junta Central Electoral comparte periódicamente la base de datos de ciudadanos con las alcaldías, la información de empadronamiento es diferente, ya que incluye detalles como: cuántas personas viven en una casa, si es alquilada o propia, etc.

Conocer la situación en cada demarcación permite trabajar en función de las necesidades de la ciudadanía, planificando mejor para hospitales, centros de atención primaria, escuelas, transporte, deporte, cultura, programas para ancianos, etc.

Es crucial saber cuántos ancianos con problemas de memoria viven solos y el peligro que esto implica en un condominio con electricidad y gas.

Tenemos una línea de atención para reportar maltrato y abandono de ancianos a través del CONAPE. Sin embargo, ¿Confiamos realmente en que esta u otra institución estatal tenga el presupuesto, el personal y las respuestas para esta gran demanda? Yo no.

En mi experiencia, ha sido imposible obtener ayuda para diversos casos de ancianos, incluyendo una persona con condiciones especiales (neurodivergente), que no pudo formar una familia y no ha sido tomada en cuenta.

El envejecimiento es el éxito de la vida ¡Otra gran paradoja! Es una dicha envejecer sanos y funcionales hasta la muerte, de forma rápida e indolora, evitando deterioros y largos años de cuidados especiales por terceros. Pero no sabemos nuestro destino; es hora de exigir políticas y crear mejores condiciones para los ancianos y sus cuidadores.

TRA Digital

GRATIS
VER