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Con los comicios de 2028 podría finalizar la vigencia de los tres principales partidos políticos del sistema, fundados antes y en vísperas del ocaso de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo.
Los tres comparten la particularidad, no solo de haber sido punteros en el electorado, sino que consiguieron la presidencia de la República en repetidas ocasiones.
El partido morado, originado por apéndices que desertaron del PRD, liderado por el profesor Juan Bosch, en los últimos cinco años ha experimentado lo que algunos definen como “caída libre” en la predilección.
Para revertir esa situación, el PLD necesita lograr “un milagro electoral”, tratando de detener las constantes deserciones de dirigentes, algo que no se vislumbra en el horizonte, por los desencuentros y la diferencia pública que mantienen sus líderes.
En 2016, el PLD, que gobernó durante 20 años, hizo historia electoral cuando fue reelecto con un 62% de los votos emitidos por la Junta Central Electoral (JCE). No obstante, tres años después, en el 2019, se dividió, provocando la salida de Leonel Fernández, quien meses después creó la Fuerza del Pueblo.
Esto conllevó a que en el 2020, el partido de la estrella amarilla descendiera a un 37% y perdiera las elecciones. Desde ese proceso, la organización no ha podido detener la hemorragia y, por el contrario, fue desplazado de la segunda posición por la FP.
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Con Abel Martínez como candidato presidencial en 2024, de manera estrepitosa esa entidad política cayó a 10.39% de los votos emitidos, es decir, 27% menos que lo obtenido en 2020, cuando perdió el poder.
Esa disminución de la predilección, muchos la atribuyen a los casos de corrupción administrativa, donde decenas de miembros y vinculados a la gestión de Danilo Medina (2012-2020) fueron arrestados y sometidos a la acción de la justicia.
Entre los imputados por el Ministerio Público se encuentran dos hermanos del exmandatario Medina, Alexis y Magaly Medina Sánchez, quienes aún no han sido condenados, al igual que otros acusados.
El PRSC en los últimos 16 años no ha presentado un candidato a la presidencia y ha optado por ser “bisagra” del PLD y del Partido Revolucionario Moderno (PRM).
En 2008, el extinto dirigente Amable Aristy Castro fue el último en aspirar dentro de esa organización y, desde entonces, su papel se ha limitado a conseguir cargos municipales y congresuales.
Esa organización, por primera vez, con Joaquín Balaguer dirigió los destinos nacionales desde 1966 a 1978 (los llamados 12 años).
Ocho años después, en 1986, retornó el viejo caudillo y permaneció hasta 1996, limitándose a dos años su último periodo, después de que José Francisco Peña Gómez alegara fraude, lo que obligó a un acuerdo político.
Otros como Eduardo Estrella, ministro de Obras Públicas, formaron el partido Dominicanos por el Cambio y Amable Aristy Castro, el Liberal Reformista (PAL).
En pleno auge de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, surge en Cuba el PRD, integrado por un grupo de dominicanos con sed de democracia. En junio, un mes después de la muerte de Trujillo, el 30 de mayo de 1961, comenzaron a llegar al país miembros de esa organización.
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Pero no fue hasta 1978 que el partido del “jacho encendido”, con Antonio Guzmán, oriundo de Santiago, logró ganar la presidencia por primera vez.
En 1982, Jorge Blanco repite el triunfo del PRD en las elecciones, pero pierde en 1986.
Ese año, regresa Joaquín Balaguer al poder, producto de los conflictos internos entre las corrientes lideradas por Peña Gómez y Jacobo Majluta.
PRM y FP
El oficialista PRM y la Fuerza del Pueblo dominan el panorama político electoral, ocupando el primero y segundo lugar, respectivamente.
El primero se desprendió del PRD en 2014 por conflictos con Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía, después de que este último perdiera las elecciones de 2012 frente a Danilo Medina y el PLD. El PRM, con Luis Abinader, que ganó por primera vez en 2020, se repostuló en 2024 con el 57%.
Mientras que el partido que lidera Leonel Fernández, formado en 2019, ha comenzado a crecer y tiene más de un 30% de predilección.