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Se prevé una temporada de huracanes activa en el Atlántico, aunque menos intensa que en 2024

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WASHINGTON (AP) -- Debido a las temperaturas oceánicas por encima de la media, los expertos pronostican una temporada de huracanes activa en el Atlántico.

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WASHINGTON (AP) — Debido a las temperaturas oceánicas por encima de la media, los expertos pronostican una temporada de huracanes activa en el Atlántico. Sin embargo, consideran que no alcanzará la intensidad de 2024, que fue la tercera más costosa en cuanto a daños registrada históricamente, y cuyo paso dejó tormentas devastadoras como Beryl, Helene y Milton.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) presentó el pronóstico para la nueva temporada de huracanes del Atlántico, que inicia el 1 de junio y culmina a finales de noviembre. Según el modelo, existe un 60% de probabilidad de que la actividad sea superior a la normal, un 30% de que se mantenga cercana a la media, y solo un 10% de que sea inferior al promedio.

Se prevén entre 13 y 19 tormentas con nombre, de las cuales entre seis y 10 se convertirán en huracanes y entre tres y cinco podrían alcanzar categoría tres o superior, con vientos que superan los 177 km/h (110 mph). Un año estándar supone 14 tormentas con nombre, con siete huracanes, de los cuales tres son de categoría tres o más.

La temperatura del océano no es tan elevada como la del año anterior, pero sigue siendo suficientemente alta para justificar la expectativa de un aumento en la actividad ciclónica, indicó Ken Graham, director del Servicio Meteorológico Nacional.

“Todo está alineado para una temporada por encima de la media”, afirmó Graham.

A pesar de los recortes significativos de personal en la NOAA impulsados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental, “nuestra capacidad para servir al país nunca ha sido mejor, y este año también lo será”, agregó en una conferencia de prensa realizada en Gretna, Luisiana, donde también se conmemoró el vigésimo aniversario del huracán Katrina.

Laura Grimm, administradora interina de la NOAA, destacó que “el centro de huracanes está completamente dotado” de personal y en condiciones de actuar ante cualquier eventualidad. “Esta es una de las principales prioridades de este gobierno”.

Desde 1995, 21 de las 30 temporadas de huracanes en el Atlántico han sido clasificadas como superiores a la normal y cerca de la mitad han sido consideradas “hiperactivas”, según la NOAA. La clasificación de las temporadas se basa en el índice de Energía Ciclónica Acumulada (ACE), que toma en cuenta la cantidad, intensidad y duración de las tormentas. En la última década, solo la temporada 2015 estuvo por debajo de la media, y 2022 se consideró cercana al promedio.

El año pasado comenzó con un huracán de categoría 5, un fenómeno sin precedentes tan temprano en la temporada, sin embargo, se experimentó una pausa prolongada durante la primera parte de la temporada alta de tormentas. Esto cambió en las semanas posteriores, con la formación de seis tormentas, entre ellas Helene y Milton. Con 18 tormentas con nombre, 11 de las cuales se convirtieron en huracanes y cinco en ciclones de categoría tres o más, 2024 se catalogó como una temporada hiperactiva, siendo la tercera en los últimos 10 años.

“Con las temperaturas en aumento, prever que las temporadas serán superiores a la media a largo plazo es una apuesta bastante segura”, destacó Kristen Corbosiero, profesora de meteorología tropical en la Universidad de Albany, aunque no estuvo involucrada en los pronósticos de la NOAA.

Los expertos han asegurado que el cambio climático provocado por la actividad humana ha intensificado, en términos generales, las tormentas, haciéndolas más poderosas, húmedas y lentas, resultando en mayores lluvias. Corbosiero explicó que “la principal fuente de combustible para los huracanes son las aguas oceánicas cálidas”, así como la temperatura en la atmósfera que puede retener más humedad, creando más combustible para estas formaciones.

Ella reiteró que hay tres factores esenciales a considerar: la temperatura del agua, el ciclo de El Niño/La Niña, y las ‘semillas’ de tormenta que surgen en África en forma de perturbaciones eléctricas. En esta ocasión, las aguas oceánicas están más cálidas de lo habitual, el ciclo de El Niño es neutral, y es prematuro saber qué podría provenir de África, agregaron Corbosiero y sus colegas.

Los meteorólogos también indicaron que el cambio climático ha llevado a que los huracanes se intensifiquen con más rapidez, lo que da menos tiempo para que las comunidades se preparen con antelación. Graham destacó que todos los huracanes de categoría 5 que han tocado suelo estadounidense eran tormentas tropicales o menos debilitadas solo tres días antes de su llegada.

Varias organizaciones, tanto públicas como privadas y académicas, han emitido sus pronósticos para la temporada venidera, coincidiendo en que, en promedio, será un año activo, aunque no hiperactivo, con 16 tormentas con nombre, 8 de las cuales se transformarán en huracanes y 4 serán categoría tres o mayor.

Phil Klotzbach, un experto en pronósticos de la Universidad Estatal de Colorado, ha presentado estimaciones más altas que otros meteorólogos: 17 tormentas con nombre, 9 huracanes y 4 de categoría tres o más, basándose en las altas temperaturas oceánicas y demás tendencias observadas recientemente. Sin embargo, subrayó que no se espera que se asemeje a la del año pasado.

“Al menos no observamos un Atlántico extremo como el de hace un año a esta altura”, comentó Klotzbach.

Incluso en un año tranquilo puede haber una tormenta que marque la diferencia, como ocurrió en 1992, un año casi tranquilo, cuando el devastador huracán Andrew fue la única tormenta significativa. “No se necesita una temporada hiperactiva para que haya devastación en Estados Unidos, en el Caribe o en cualquier otro lugar”, finalizó.

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