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Texas, Estados Unidos.- Un migrante mexicano fue deportado a Sudán del Sur, junto con siete migrantes de diversas nacionalidades, acción que contraviene una orden judicial que impide al gobierno de Donald Trump expulsar a migrantes a un tercer país.
Según información de medios internacionales, en una audiencia de urgencia, el juez Brian Murphy indicó que el vuelo “obviamente” violaba una orden previa que su corte había emitido, la cual prohíbe al Gobierno expulsar a migrantes a terceros países sin brindarles la oportunidad de defender sus casos.
“Fue imposible para estas personas tener una oportunidad significativa para oponerse a su traslado a Sudán del Sur”, declaró Murphy a los abogados que representaron al Gobierno de Trump.
La noche del martes, diversas organizaciones en defensa de los derechos de los migrantes presentaron un recurso de emergencia ante la corte en Massachussets para que interviniera, denunciando que al menos dos de sus clientes habían sido informados que serían enviados a Sudán del Sur.
El grupo de deportados está integrado por Jesús Muñoz Gutiérrez, originario de México; Enrique Arias Hierro y José Manuel Rodríguez, ambos de Cuba; Thongxay Nilakout, de Laos; Kyaw Mya y Nyo Myint, de Birmania; Tuan Thanh Phan, de Vietnam y Dian Peter Domach, de Sudán del Sur.
De acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, todos los deportados tienen antecedentes penales que van desde asesinato hasta robo con arma de fuego.
La vocera del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, confirmó la salida del vuelo desde Texas, pero ocultó el “destino final” de estas personas por razones de “seguridad” y aseguró que siguen bajo custodia del gobierno estadounidense.
“Ningún país en el mundo quería aceptarlos porque sus crímenes son especialmente monstruosos (…) pero gracias al Departamento de Estado encontramos un país que estaba dispuesto a aceptar a estos ilegales”, dijo McLaughlin en una rueda de prensa.
Con el fin de agilizar las deportaciones, Washington está buscando acuerdos con otros países para que acepten a los migrantes expulsados del país.
Uno de esos países es El Salvador, quien a principios de año aceptó ser un tercer país seguro para la recepción de migrantes.
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