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Un nuevo arresto ha vuelto a encender las tensiones chino-americanas en el ámbito científico. Una investigadora china fue detenida al llegar al aeropuerto de Detroit. Se le acusa de enviar material biológico de forma ilícita a un laboratorio de la Universidad de Michigan, sin declarar su contenido ni obtener los permisos requeridos.
De acuerdo con el FBI, algunas de las muestras, sobre todo las relacionadas con gusanos, habían sido ocultadas dentro de un libro. No es un caso único. Es el segundo incidente en pocos días: la semana pasada, otros dos científicos chinos fueron acusados de intentar ingresar un hongo tóxico en suelo estadounidense.
Este último suceso se produce en un ambiente de desconfianza creciente entre Estados Unidos y China, particularmente en el campo de la investigación científica y las tecnologías sensibles. En los últimos años, Washington ha intensificado los controles sobre los investigadores extranjeros, en especial los chinos, en aras de la seguridad nacional.
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Ningún riesgo inmediato, según los expertos
En este caso concreto, las muestras biológicas no parecen suponer ningún peligro directo, según los expertos. No obstante, es la forma en que se llevaron a cabo estos envíos clandestinos y no autorizados lo que suscita inquietud. Para las autoridades, se trata de una violación de las regulaciones y de un nuevo episodio en una serie de tensiones con las instituciones chinas.
La investigadora tenía previsto pasar un año en la Universidad de Michigan, que ya fue mencionada en otro caso la semana pasada. Dos científicos chinos son sospechosos de intentar introducir un hongo tóxico en Estados Unidos. Los expertos agrícolas estadounidenses rebaten esta afirmación.
Este caso es más simbólico que biológicamente peligroso. Muestra que incluso las infracciones menores de procedimiento se están tratando como asuntos de seguridad nacional. Este endurecimiento podría frenar los intercambios académicos entre ambas potencias y acentuar la desconfianza en el mundo de la investigación.