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LOS ÁNGELES — Con la misión de ejecutar el programa de deportación más vasto en la historia de Estados Unidos, el presidente Donald Trump desde que volvió a la Casa Blanca promueve una serie de operativos que buscan arrestar y expulsar a inmigrantes con estatus irregular, lo que está generando temor incluso entre quienes tienen residencia o son ciudadanos estadounidenses.
En los últimos días se ha observado cómo las personas que acuden a una corte de inmigración, al salir son arrestadas y se les inicia un proceso de deportación acelerado.
“Eso no es algo normal, el presidente está manipulando las leyes para lograr sus objetivos y cumplir con las deportaciones masivas”, evaluó Álex Gálvez, abogado de inmigración en Los Ángeles, afirmando que en la administración de Trump “no se están respetando las normas ni las leyes de inmigración”.
Ante este escenario, el miedo entre las personas con residencia o ciudadanía es palpable al pensar en viajar fuera de Estados Unidos.
Gálvez sostiene que los ciudadanos, nacidos aquí o naturalizados estadounidenses, no deben tener miedo de ser cuestionados al regresar de un viaje; en cambio, los residentes sí están expuestos a la discreción de un oficial al momento de ingresar al país.
“Si salen y están afuera más de 6 meses, inmigración considera que abandonaron su residencia”, puntualizó el jurista, previniendo que otra causa de riesgo es cuando un residente tiene algún delito, en ese caso el oficial tiene la potestad para negar el ingreso y poner a esa persona en proceso de deportación.
Desde el punto de vista legal, resalta Gálvez que cuando un residente regresa a Estados Unidos técnicamente está pidiéndole permiso al gobierno para que le permita ingresar, no tiene el derecho de entrar de nuevo. “Solo los ciudadanos tienen el derecho de regresar”.
Para evitar un momento desagradable al regresar, el jurista aconseja que si alguien tiene residencia permanente y planea permanecer más de 6 meses en el exterior, es mejor solicitar un permiso para que las autoridades no asuman que la persona abandonó la residencia.
Si la persona tiene antecedentes delictivos y esto pudiera perjudicar su regreso, es bueno hablar con un abogado de inmigración y solicitar una copia de su historial, para ver si sus delitos conllevan riesgo de deportación, porque “no todos los delitos te hacen deportable”, señala Gálvez.
De igual modo, las personas que están protegidas bajo los programas Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y Estatus de Protección Temporal (TPS), se enfrentan al mismo riesgo.
Las personas con DACA y TPS pueden solicitar un permiso conocido como advance parole para salir; sin embargo, en este momento asegura Gálvez que los dreamers no están recibiendo este tipo de autorizaciones, que por lo general tenían una vigencia de 30 días.
En cambio, a las personas con TPS se les otorga un permiso con una vigencia de hasta 12 meses.
“Si ya te aprobaron el advance parole lo puedes seguir usando, te van a dejar regresar, esa ha sido la norma, pero [al final] es la discreción del oficial de inmigración dejarte entrar”, explicó Gálvez, indicando que esa discreción del funcionario se aplica de la misma manera con las personas que llegan a Estados Unidos con visas.
En este momento, afirma el abogado, las personas estarán protegidas hasta que se naturalicen estadounidenses.