Economicas

Bermudas, la opción para verte “fresco/a” en este 2025

8787557947.png
Pocas prendas han sabido moverse con tanta naturalidad entre lo informal y lo elegante como las bermudas.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Pocas prendas han sabido moverse con tanta naturalidad entre lo informal y lo elegante como las bermudas. Este pantalón de largo intermedio, que en sus comienzos tuvo una funcionalidad práctica, se ha vuelto un elemento esencial del vestuario estival.

En 2025, las bermudas protagonizan los desfiles, dominan el estilo urbano y se integran con facilidad en códigos estéticos tan diversos como el minimalismo pulcro, el sporty chic o la sofisticación relajada.

El origen de las bermudas se remonta a principios del siglo XX, durante la presencia británica en climas tropicales. Fueron diseñadas como una alternativa fresca al pantalón largo del uniforme militar.

En la década de 1910, los soldados británicos destacados en colonias como India o las propias islas Bermudas comenzaron a acortar sus pantalones por encima de la rodilla para soportar mejor el calor.

El gobierno de las Bermudas terminó aprobando oficialmente esta prenda como parte del atuendo de oficina para los funcionarios coloniales, lo que consolidó su nombre y su uso.

Con el tiempo, esta prenda migró desde los climas tropicales hacia el estilo de vida urbano. Su funcionalidad, junto a su estética pulcra, hizo que fuera adoptada también en contextos semiformales, especialmente en ciudades con temperaturas extremas durante los meses de verano.

En las décadas de 1950 y 1960, las bermudas encontraron un impulso estético gracias al “star system” hollywoodiense. Actores como Cary Grant, Paul Newman y Steve McQueen aparecieron fotografiados en yates o paseos estivales con bermudas de lino, combinadas con camisas abiertas o polos.

Estas imágenes configuraron la asociación de la prenda con la elegancia veraniega masculina. En el ámbito femenino, las bermudas tardaron más en consolidarse, pero figuras como Audrey Hepburn y Brigitte Bardot empezaron a incorporarlas en sus estilismos durante la década de 1960, con versiones más ajustadas.

La moda de autor ha jugado un papel clave en la revalorización de las bermudas. En los años 80, Giorgio Armani las reinterpretó en clave femenina como parte de su propuesta de ‘power dressing’, combinándolas con blazers estructurados.

Más adelante, la belga Ann Demeulemeester y el japonés Yohji Yamamoto exploraron su potencial como prenda sin género, utilizando tejidos técnicos y cortes XL que desdibujaban el género y el contexto.

En los últimos años, firmas como Prada, Givenchy, Jacquemus y The Row han integrado las bermudas en sus colecciones primavera-verano, aportándoles nuevas siluetas y materiales.

En el ámbito masculino, Kim Jones ha sido uno de los diseñadores más activos en su defensa de las bermudas desde Dior Men. Las ha incorporado en trajes veraniegos, a menudo combinadas con mocasines o sandalias, configurando un nuevo canon de elegancia urbana que ha sido ampliamente replicado.

El regreso de las bermudas como prenda clave del verano no se explica sin su visibilidad en el vestuario de figuras influyentes. En 2025, numerosos iconos del cine, la música y la moda apuestan por esta prenda en sus estilismos estivales.

Zendaya, convertida en referente de estilo internacional, ha llevado bermudas de sastrería en varios eventos promocionales, combinadas con tops estructurados o blazers cruzados, en una reinterpretación sofisticada del traje como en Cannes, donde lució un conjunto de Louis Vuitton en lino crudo.

Rosalía las ha incorporado a su armario con guiños utilitarios y urbanos: bermudas cargo en denim o algodón grueso, que combina con tops deportivos y botas altas, en una mezcla de sensualidad y funcionalidad.

Timothée Chalamet ha recurrido a las bermudas en versiones de piel o tejido técnico, a menudo firmadas por Haider Ackermann o Loewe, como parte de su apuesta por la fluidez de género y la experimentación textil.

También en el ámbito masculino, actores como Paul Mescal o Jacob Elordi han contribuido a su consolidación, tanto en editoriales de moda como en apariciones informales en festivales o estrenos.

En el circuito comercial, las bermudas tienen hoy una presencia destacada en firmas que van desde el lujo a la moda asequible. Las grandes casas como Bottega Veneta, Gucci o Max Mara han desarrollado versiones de inspiración safari, con cinturones trenzados, bolsillos utilitarios y siluetas relajadas.

En la gama contemporánea, COS, Arket y Massimo Dutti han ofrecido interpretaciones en clave minimalista: tejidos planos, patrones limpios y una paleta neutra que se adapta fácilmente a combinaciones formales o informales. Las bermudas de lino con pinzas de Arket, en especial, se han convertido en un éxito de ventas en toda Europa.

El segmento más urbano también ha adoptado la prenda con entusiasmo. Marcas como Ganni, Off-White y Acne Studios las incorporan con estampados, logotipos o tejidos técnicos, acercándolas a públicos más jóvenes y experimentales.

La moda española también ha hecho su aportación. La firma Paloma Wool ha lanzado en su colección SS25 varios modelos con tintes artesanales y vocación unisex, mientras que Mango apuesta por versiones fluidas de cintura alta, ideales para estilismos relajados de ciudad o costa.

Y no todo son firmas de alta moda, sino también otras de precios democráticos como October, que incorpora esta prenda en tejidos livianos y vaporosos, donde los estampados en tonos que van desde el buganvilla hasta el azul son tendencia.

En el ámbito masculino y de corte urbano, la firma OnRush presenta versiones en clave XL y de efecto vaquero desgastado con corte por debajo de la rodilla, que recuerdan a la cultura del HipHop de los 90 que readaptó esta prenda como elemento estético.

El atractivo de las bermudas en 2025 reside no solo en su comodidad sino en su enorme versatilidad. Pueden ser parte de un conjunto sobrio, casi arquitectónico, como proponen The Row o Jil Sander, o formar parte de estilismos que combinan el ‘streetwear´ con elementos clásicos.

Una de las combinaciones más repetidas es la de bermudas con ‘blazer oversize´, camiseta blanca básica y sandalias de tiras. Esta fórmula funciona tanto para el día como para la noche y ha sido ampliamente replicada por editoras de moda y prescriptoras como Camille Charrière o Pernille Teisbaek.

También se imponen las versiones monocromáticas, especialmente en tonos piedra, blanco roto y azul celeste, que configuran una estética limpia y coherente. Las bermudas de sastrería se combinan con camisas de manga corta o sin mangas, cinturones de cuero fino y zapatos planos cerrados.

En clave informal, las bermudas tipo cargo han encontrado una nueva vida en estilismos Y2K. Se combinan con tops asimétricos, gafas de inspiración futurista y zapatillas deportivas, en una reedición de los códigos de principios de siglo.

Una prenda que trasciende el género y el tiempo.

Las bermudas encarnan en 2025 un equilibrio poco frecuente entre funcionalidad, estética y adaptabilidad. Su capacidad para transitar entre géneros, estilos y contextos ha sido determinante en su consolidación como prenda imprescindible del verano.

Si durante años fueron vistas como una solución práctica o una opción casual, hoy ocupan un lugar central en las propuestas más sofisticadas del calendario de la moda. Con una historia centenaria y una proyección en constante transformación, se afianzan como símbolo del vestir contemporáneo: libre, cómodo y con intención.

TRA Digital

GRATIS
VER