Tecnologia

Carecemos de paciencia en lo digital, y todo empezó con el botón de ‘Omitir anuncio’

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El botón de "Saltar anuncio" en YouTube, que aparece a los cinco segundos, se ha convertido en el héroe de nuestra impaciencia.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Cádiz (1973). Redactor y editor especializado en tecnología. Escribe profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.

El botón de “Saltar anuncio” en YouTube, que aparece a los cinco segundos, se ha convertido en el héroe de nuestra impaciencia. Al fin podíamos evitar ese anuncio de detergente, esa promo de serie que no nos interesa o ese videojuego que jamás jugaríamos. Pero, con el tiempo, algo más profundo cambió: nuestra paciencia digital se ha vuelto casi inexistente.

Queremos que los vídeos carguen en milésimas de segundo, que las respuestas lleguen al instante, que las historias en redes sociales no se extiendan más de lo necesario. Nos frustramos si un contenido tarda dos segundos en arrancar, si una app se queda “pensando”, o si debemos ver un tutorial de más de un minuto. Y lo peor es que esa prisa no se queda en la pantalla, sino que también se cuela en nuestra vida.

Del “saltar anuncio” al “saltar contenido”

Lo que antes nos parecía aceptable, esperar, procesar, digerir, ahora nos resulta tedioso. ¿Cuándo fue la última vez que viste un vídeo completo sin avanzar o mirar cuánto quedaba? ¿O leíste un artículo entero sin escanearlo en busca de lo importante? Incluso en TikTok, muchos ya deslizan si el contenido no engancha en los tres primeros segundos.

Esta ansiedad digital por la inmediatez viene de años educando nuestro cerebro a la recompensa rápida. Saltamos el anuncio. Saltamos la intro de la serie. Saltamos el tutorial. Saltamos incluso las explicaciones si hay un “truco rápido” en los comentarios. Pero ¿qué estamos perdiendo en el camino?

La paciencia digital es una habilidad en extinción

Lo paradójico es que ahora nos aburrimos con más facilidad que nunca. Tenemos más opciones de entretenimiento que en ninguna otra época, pero nos cuesta mantener la atención. Las plataformas lo saben y por eso crean contenidos más breves, directos y adictivos. Pero el precio es alto, nos volvemos incapaces de mantener la concentración o tolerar la espera, incluso fuera de lo digital.

El problema no es el botón en sí, sino lo que representa: la idea de que todo lo que no es inmediato es prescindible. Esa mentalidad afecta a cómo aprendemos, cómo trabajamos, cómo nos relacionamos y cómo consumimos tecnología. Y aunque parezca exagerado, lo cierto es que un botón ha cambiado mucho más que nuestra forma de ver vídeos.

Las consecuencias de quererlo todo ya

Nos cuesta leer instrucciones. Nos saltamos los términos y condiciones. No tenemos paciencia para cargar una copia de seguridad o esperar a que una app instale correctamente sus permisos. Esa mentalidad de inmediatez tiene implicaciones técnicas, pero también personales. Porque detrás de la pérdida de paciencia digital hay un desaprendizaje: ya no toleramos la espera, y eso nos hace más impulsivos, más exigentes y a veces, más vulnerables frente a la frustración.

Una revolución pequeña pero necesaria

No se trata de eliminar el botón de “Saltar anuncio” ni de volver a ver todo como en la tele de los 90. Pero sí de tomar conciencia de que la prisa constante también nos desgasta. De que quizás valga la pena ver ese vídeo completo, escuchar una canción entera, leer un artículo hasta el final sin saltar nada. De que detenerse también puede ser un acto de resistencia ante la saturación.

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