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El cacao, ingrediente clave del chocolate, se ha usado desde tiempos remotos por sus beneficios medicinales y nutricionales (Imagen ilustrativa Infobae)
El 7 de julio se rinde tributo al cacao, semilla ancestral que ha acompañado a civilizaciones mesoamericanas por siglos.
Esta conmemoración se instituyó en 2010 para reconocer su rol en la historia, la salud y las costumbres de consumo, resaltando su transformación de moneda precolombina a dulce global.
Adicionalmente, este día pone el acento en el fomento de cultivos sostenibles y prácticas justas que favorezcan a pequeños productores.
Mediante eventos, catas y campañas informativas, la celebración promueve la apreciación del cacao y sus derivados, subrayando que su valor va más allá de lo culinario para convertirse en un vínculo cultural, social y económico.
Cuenta la leyenda que el árbol de cacao era el más bello del paraíso azteca, y se le atribuían propiedades curativas y de sabiduría. Incluso se dice que el emperador Moctezuma consumía grandes cantidades de esta bebida en copas de oro.
El cacao fue un pilar simbólico y económico en sociedades mesoamericanas como olmecas, mayas y aztecas. No solo se empleaba como moneda, sino que también era parte de rituales y ceremonias sagradas.
La bebida era solo catada por dioses.
La bebida hecha con cacao estaba reservada a élites, sacerdotes y guerreros, y se consumía en recintos ceremoniales por su potencia energética y sacralidad.
Cultura histórica
En muchos países se realizan degustaciones, desfiles de postres, lanzamiento de tabletas artesanales y concursos de recetas. Se destacan mezclas con sal, especias o cacaos raros, buscando revalorizar la riqueza sensorial del chocolate.
En escuelas y espacios pedagógicos se organizan talleres para que los niños aprendan el proceso desde la semilla hasta el paladar. Bibliotecas y museos generan charlas que combinan ciencia, botánica e historia. El mensaje subyacente busca consolidar una cultura de consumo responsable y recordar que detrás del placer gastronómico existe una cadena humana y ambiental.
Estudios de la Escuela de Medicina de Harvard sugieren que el consumo de cacao puede mejorar las funciones cognitivas en adultos mayores, promoviendo el flujo sanguíneo al cerebro y protegiendo las vías nerviosas.
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