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La Dirección General de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA) expresó su respaldo a la propuesta de un per cápita diferenciado, al considerarla un modelo equitativo y financieramente sostenible.
Afirma que uno de los debates más importantes en la actualidad del sistema dominicano de salud es la necesidad de transformar el modelo de financiamiento del Seguro Familiar de Salud (SFS).
“Coincidimos en que el esquema actual, basado en un per cápita único, genera incentivos distorsionantes: las ARS reciben el mismo pago por cada afiliado, sin importar su estado de salud o nivel de riesgo, lo que podría desalentar la afiliación o atención de personas mayores, con enfermedades crónicas o condiciones costosas”, señala la DIDA.
Recuerda que el artículo 169 de la Ley 87-01 establece que el Consejo Nacional de la Seguridad Social tiene la facultad de asignar los montos de per cápita para su dispersión a las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS), el cual puede ser diferenciado, tras estudios actuariales.
Indica que, en ese sentido, la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (SISALRIL) ha presentado una propuesta de per cápita diferenciado por riesgo, basada en variables como edad, sexo y siniestralidad, que actualmente se encuentra en proceso de socialización técnica.
“Desde la DIDA valoramos positivamente esta iniciativa, ya que constituye un paso hacia un modelo más justo, equitativo y financieramente sostenible”, afirma la entidad defensora de los afiliados.
Apunta que la propuesta de SISALRIL parte de evidencias concretas: ARS con carteras más jóvenes (edad promedio 24.35 años) presentan siniestralidad muy por debajo del promedio, mientras que otras (39.05 años) enfrentan costos mayores.
“Mantener el pago uniforme pone en riesgo la sostenibilidad del sistema y la equidad entre los afiliados”, destaca.
La DIDA destaca que la propuesta de la SISARIL porque propone calcular el per cápita ajustado por riesgo, utilizando los datos de cada grupo etario y sexo, con base en la experiencia del periodo enero-diciembre 2024.
También prevé asignar un factor de ajuste individual, derivado de la siniestralidad histórica, que permita ponderar el pago según el riesgo real de cada afiliado.
Además, aplicarlo de forma gradual y controlada, comenzando por los grupos de alto impacto: personas mayores, con enfermedades crónicas o discapacidades, para mitigar riesgos operativos.
“En palabras sencillas: se trata de asignar más recursos donde hay más necesidad, y evitar la selección adversa que vulnera el principio de solidaridad”, apunta la DIDA.
Reitera que esta medida corrige una inequidad estructural del sistema, evita que la carga financiera recaiga desproporcionadamente en las ARS con afiliados más vulnerables, estimula la atención continua, preventiva y personalizada y fortalece la sostenibilidad y la gestión del riesgo en salud.
“Y, sobre todo, pone al afiliado en el centro del modelo, no como una variable contable, sino como un sujeto de derechos”, indica.
“No se trata de premiar o castigar a las ARS, sino de alinear los incentivos con la lógica del cuidado, asegurando que quienes más necesitan el sistema, lo reciban en condiciones dignas y oportunas”, concluye la DIDA en torno a la discusión. Son miles las personas que por falta de conocimiento dejan perder el dinero que de sus familiares fallecidos.
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