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Hunt (EE.UU.) (EFE).- Más de 161 personas están en paradero desconocido y al menos 109 han perdido la vida tras las devastadoras inundaciones ocurridas en Texas (EE.UU.) el fin de semana del cuatro de julio, informó este martes el gobernador del estado, Greg Abbott.
“Tenemos que encontrar a cada una de las personas (…) esa es la prioridad número uno”, dijo el líder republicano durante una rueda de prensa desde Hunt (Texas), uno de los pueblos más perjudicados por el desastre.
Según indicó en rueda de prensa Larry Leitha Jr., alguacil del condado de Kerr, -el más afectado por el desastre- ya se han recuperado los cuerpos de 87 fallecidos en su jurisdicción.
De ellos, 56 son adultos y 30 niños, con la edad de una víctima aún por determinar.
Los cuerpos de 19 adultos y siete menores permanecen aún sin identificar, dijo Leitha Jr.
El alguacil afirmó que todavía se desconoce el paradero de cinco niñas que estaban hospedadas en el campamento cristiano Mystic y una monitora. En el centro fallecieron al menos 27 campistas debido a la crecida del río Guadalupe.
En los días posteriores a las inundaciones, las autoridades locales han afrontado cuestionamientos por parte de los residentes y expertos sobre por qué no se evacuaron las zonas cercanas al río ante las precipitaciones.
En la rueda de prensa de hoy, ante las distintas preguntas de reporteros, el alguacil Leitha Jr. dijo que no es su prioridad hacer una evaluación sobre la respuesta de las autoridades la noche del cuatro de julio.
“En este momento, hay tres prioridades: ubicar a las personas que aún se ignora dónde están, identificarlas y notificar a sus familiares”, subrayó.
Varios residentes de Kerrville indicaron en entrevistas a EFE que recibieron alertas de inundación y fuertes lluvias en la madrugada del 4 de julio, pero no se les solicitó evacuar o moverse hacia otra zona.
Desde la 1:00 del sábado (06:00 GMT), el Servicio Nacional de Meteorología (NWS, por sus siglas en inglés) comenzó a emitir alertas sobre la amenaza de inundaciones en los condados de Bandera y Kerr.
En una de las primeras ruedas de prensa tras el desastre, las autoridades reconocieron que los pronósticos de lluvia subestimaron las precipitaciones.
Algunos expertos, sin embargo, han expresado dudas sobre qué tan preparada estaba la región, dada la magnitud de la tragedia.
“Parece que se podrían haber tomado (…) medidas preventivas para reducir el riesgo de muertes si los organizadores de los campamentos perjudicados y las autoridades locales hubieran prestado atención a las advertencias del gobierno y de fuentes meteorológicas privadas”, señaló el principal meteorólogo de la empresa AccuWeather, según reportó el medio local The Texas Tribune.
En total, entre la noche del 3 de julio y la madrugada del 4 se acumularon entre 12,7 y 27,9 centímetros de lluvia en los condados de Kerr, Bandera, Tom Green y Kendall, según el NWS.
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