Tecnologia

El iPhone no ha variado mucho, eres tú quien lo utiliza de manera diferente

8773924694.png
Hoy, 17 años después, seguimos deslizando, tocando y escribiendo con el pulgar, pero algo ha cambiado: ya no nos sorprende.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

Cádiz (1973) Redactor y editor centrado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios y blogs en español.

Si recuerdas cómo era usar el iPhone en 2008 en su llegada a España, seguramente te vengan a la mente dos cosas: la pantalla táctil que parecía magia y la sensación de tener algo completamente nuevo en las manos. Hoy, 17 años después, seguimos deslizando, tocando y escribiendo con el pulgar, pero algo ha cambiado: ya no nos sorprende. No porque el iPhone haya dejado de mejorar, sino porque nosotros hemos cambiado con él.

Ya no investigamos, solo repetimos

La cámara es mejor, la pantalla es más brillante y el chip es más rápido. Pero la mayoría de nosotros usamos el iPhone de forma muy similar desde hace años: redes sociales, WhatsApp, fotos, música, algo de vídeo, alguna app de mapas. El dispositivo ha seguido avanzando, pero nuestros hábitos lo han convertido en algo predecible, rutinario.

Antes abríamos la App Store con emoción, buscando esa app que nos cambiara la vida o ese juego que todo el mundo usaba. Instalábamos, probábamos, descubríamos. Ahora, muchas personas usan menos de 10 apps al día, y casi todas son las mismas desde hace años. ¿El iPhone se ha estancado? No. Pero nosotros sí hemos dejado de explorar.

Funciones como Atajos, Live Text, iCloud Drive, Modos de Concentración, reconocimiento de canciones o escaneo de documentos pasan desapercibidas para una gran parte del público. Están ahí, y son útiles, pero si no las buscamos o no cambiamos nuestra forma de usar el iPhone, ni siquiera sabemos que existen.

La diferencia no está en los iPhones, estás tú

Antes usábamos el móvil para comunicarnos. Ahora es nuestro centro de entretenimiento, trabajo, banca, salud, agenda y cámara personal. El iPhone no solo ha absorbido dispositivos, también ha absorbido rutinas completas. Escaneamos con él, firmamos contratos, hacemos fotos del DNI para trámites, grabamos clases, seguimos entrenamientos e incluso controlamos la casa.

Lo que ocurre es que todo eso lo damos por sentado. El iPhone ya no nos parece futurista, nos parece natural. Pero eso no significa que no haya cambiado, sino que nos hemos adaptado tan bien que ya no notamos el cambio.

Con cada nueva versión de iOS llegan decenas de novedades. Algunas visuales, otras ocultas. Y con cada nuevo modelo, Apple introduce funciones que pueden marcar la diferencia. Pero muchos usuarios ni se molestan en activar el modo concentración, configurar widgets interactivos o utilizar dictado inteligente.

Hay personas que siguen sin saber que pueden buscar texto dentro de una imagen o, como he comentado, usar el iPhone como escáner. Que no han probado a usar el llavero de contraseñas, la función de reconocimiento de sonidos o el compartir pantalla en FaceTime. Porque al final, el cambio no está solo en lo que el iPhone puede hacer, sino en cómo decides usarlo.

El iPhone innova, pero hemos dejado de mirar

Cada vez más, la innovación en Apple es invisible, ya que sucede en segundo plano. El Neural Engine optimiza tareas sin que lo notes, las fotos nocturnas se procesan solas, los mensajes se editan sin drama, la batería se gestiona mejor sin que tengas que tocar nada. Y ese es precisamente el reto, tecnología que funciona tan bien que parece que no hace nada nuevo.

Pero si compararas tu experiencia de hoy con la de hace diez o quince años, verías que todo ha cambiado. La diferencia no es estética ni espectacular, sino acumulativa. Y si quieres recuperar la emoción de usar el iPhone como la primera vez, tal vez no necesites cambiar de modelo, sino mirar el que ya tienes con otros ojos.

TRA Digital

GRATIS
VER