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Atlanta, Georgia.- El reconocido periodista salvadoreño Mario Guevara, famoso por sus transmisiones en vivo de redadas migratorias en Estados Unidos, enfrenta una compleja situación legal y migratoria después de ser detenido mientras cubría una manifestación en Chamblee, Georgia. Guevara, quien ha vivido y trabajado en EE. UU. por 21 años, inclusive grabó y retransmitió su propio arresto el pasado 14 de junio.
El incidente sucedió cuando Guevara cubría una protesta contra el presidente Donald Trump. En la grabación, se ve cómo su teléfono cae al suelo mientras él, con casco y chaleco de prensa claramente identificados, intenta comunicarse con los policías antimotines.
” ¡Oficial! ¡Oficial! Soy un miembro de los medios”, se le escucha decir antes de ser esposado.
Con su móvil dentro de la mochila, la transmisión continuó, permitiendo que el reportero pidiera a sus miles de seguidores, ya desde el coche policial, que contactaran a su abogado. Esa fue la última comunicación pública de Guevara.
Desde entonces, han transcurrido 21 días en los que Mario Guevara ha sido acusado de múltiples cargos, ha pasado por al menos tres instalaciones penitenciarias distintas y, tras obtener libertad bajo fianza, fue inmediatamente arrestado de nuevo. El US Press Freedom Tracker lo registra como el único periodista detenido actualmente en Estados Unidos.
El arresto inicial de Guevara por la policía del condado de DeKalb incluyó cargos de concentración ilegal, obstrucción a la policía y circulación peatonal en la calzada. Sin embargo, el 18 de junio, fue entregado al Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), acusado de estar en el país de manera irregular.
A esto se sumaron otros tres cargos por supuestas infracciones de tráfico — ignorar señales, usar un dispositivo de comunicación al volante y conducción temeraria — ocurridas el 20 de mayo, presentadas sin pruebas fotográficas ni testimonios de los agentes.
Dos días después, Guevara fue trasladado al centro de detención de migrantes de Folkston, al sur de Georgia, y se iniciaron formalmente los procedimientos para su deportación. Esto ocurrió a pesar de que la fiscal de DeKalb había desestimado los cargos iniciales del día de la manifestación el 25 de junio.
El pasado lunes 30 de junio, un tribunal migratorio le otorgó la libertad bajo fianza de 7,500 dólares, desestimando los argumentos del Gobierno que lo calificaban como una “amenaza para la comunidad”. No obstante, al ser liberado el miércoles, después de 48 horas adicionales de custodia solicitadas por el ICE, fue detenido nuevamente por las supuestas infracciones de tráfico.
El jueves por la mañana se registró su arresto y, esa misma noche, se confirmó que Guevara está una vez más bajo custodia del ICE, en la cárcel del condado de Floyd y sin posibilidad de fianza.
Los abogados de Mario Guevara sostienen que el periodista ingresó legalmente desde El Salvador en 2004 con visa de turista y posee permiso de trabajo desde hace años.
Adicionalmente, tras la denegación de una petición de asilo en 2012, inició un proceso para obtener la residencia permanente como familiar directo de ciudadanos estadounidenses, al tener dos hijos nacidos en el país. Este proceso sigue abierto.
Guevara huyó de El Salvador a inicios de 2004 junto a su esposa, tras haber trabajado en La Prensa Gráfica cubriendo manifestaciones antigubernamentales.
Por su labor, fue acusado de ser un agente encubierto, atacado en dos ocasiones y recibió amenazas de muerte. Por ello, decidió establecerse en Atlanta.
En Estados Unidos, trabajó inicialmente en el periódico local en español Atlanta Latino y, a partir de 2007, en Mundo Hispánico, medio que experimentó un enorme crecimiento y se consolidó como el más grande en español de Georgia, compitiendo incluso con medios en inglés.
Durante la administración de Barack Obama, una alianza entre el ICE y la policía local amplió los controles migratorios. Fue entonces cuando Guevara comenzó a cubrir las redadas, documentando con sus características transmisiones en vivo las operaciones del ICE y construyendo una audiencia masiva y leal en redes sociales, donde tiene casi un millón y medio de seguidores. El año pasado lanzó su propio medio, MGNews.
Su alto perfil profesional lo llevó a ser puesto en confinamiento solitario durante 11 días en el centro de detención del ICE de Folkston. Allí, en una conversación con su colega Rafael Navarro, Guevara relató haber sufrido lo que parecía un ataque de pánico debido al estrés del encierro en una celda permanentemente iluminada.
El caso de Mario Guevara ha generado una profunda alarma. El 20 de junio, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ), junto con una coalición civil y de medios, expresó su preocupación en una carta dirigida a la Secretaria de Seguridad Nacional. La misiva advierte que “si el caso de Guevara prospera, representaría una nefasta erosión tanto de la libertad de prensa como del Estado de derecho”.
Señalan el riesgo de que periodistas no ciudadanos estadounidenses puedan ser deportados por cargos menores presentados como represalia por informar. Diversos medios locales en español también han denunciado un aumento en la intimidación y los mensajes racistas y xenófobos.
Mario Guevara, quien en un documental del New York Times llamado “Boca del Lobo” había reflexionado sobre el miedo en su profesión, confesó: “Yo entiendo el miedo. A veces yo pienso que voy a ser el próximo”. Su actual calvario parece confirmar sus peores augurios.
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