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Santo Domingo. – Un ingeniero agroforestal del Movimiento Suroeste Unido por el Agua y la Vida tildó como una “propuesta desastrosa y ecocida” el proyecto minero Romero, promovido por la empresa GoldQuest Mining Corporation, al considerar que este atenta contra la integridad ecológica de la Cordillera Central y la cuenca alta del río San Juan, fuente vital de agua para el sur del país.
“El proyecto Romero es solo una propuesta de destrucción inminente de la Cordillera Central, no solo porque reduciría la cantidad y calidad del agua del río San Juan, sino también porque representa un desafío frontal al marco jurídico ambiental de República Dominicana”, afirmó Filemón Batista.
En ese sentido, recordó que la Constitución, en su artículo 15, establece que los poderes públicos están obligados a dar protección especial a las cuencas altas de los ríos, y que la minería no es una actividad compatible con esa protección.
Además, citó el artículo 86 de la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales (64-00), que prohíbe toda instalación industrial en zonas que inciden sobre fuentes de abastecimiento de agua, incluso si sus aguas residuales fueran tratadas, cuando exista riesgo de contaminación física, química o térmica.
“Para eso no hay que hacer un estudio. Eso sencillamente está prohibido por ley”, enfatizó Batista en una reciente rueda de prensa en contra del proyecto Romero.
Batista también alertó sobre las consecuencias sociales y ambientales del proyecto Romero, al indicar que convertir la zona en un distrito minero implicaría el desplazamiento de más de 30,000 personas que actualmente practican agricultura y ganadería en la vertiente sur de la Cordillera Central.
Explicó que desplazar a estos productores provocaría una presión social sobre el Parque Nacional José del Carmen Ramírez, lo que conllevaría a la destrucción de aquella zona boscosa y productora de agua que está dentro de la cordillera, y con ella, al colapso de una de las principales zonas productoras de agua del país.
El referido movimiento ha reiterado que la explotación de la mina de oro del proyecto Romero causaría un daño irreversible a las provincias San Juan, Azua, Barahona, Bahoruco e Independencia.
Según Batista, la cuenca alta del río San Juan tiene características ecológicas y geomorfológicas únicas, que no pueden compararse con otras zonas mineras como Cotuí o Bonao.
“El río San Juan es esencial para el consumo humano, la generación hidroeléctrica, la producción agrícola y ganadera del valle. Destruir esa cuenca basándose en los criterios ambiciosos de GoldQuest y las demás concesionarias, es destruir el valle agrícola de San Juan y disminuir la plusvalía de las propiedades de este valle, porque un pueblo sin agua es como un cuerpo sin alma”, expresó, a la vez que criticaba la narrativa de desarrollo económico promovida por la minera.
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